rde. No es un simple corte practicado en el mundo de lo visible. La imagen crispa, reaviva, quema. “Para saberlo, para sentirlo, hay que atreverse, hay que acercar el rostro a la ceniza. Y soplar suavemente para que la brasa, debajo, vuelva a emitir su calor, su resplandor, su peligro. Como si, de la imagen gris, se elevara una voz: ‘¿No ves que ardo?’”. Este texto de Georges Didi-Huberman (fragmento de “Cuando las imágenes tocan lo real”) es la chispa de esta muestra encendida por los conco integrantes de PVC (Pensamientos Visuales Contemporáneos).
La premisa fue ésta: mostrar una sola imagen para decir algo contundente. Así, estos cinco artistas visuales, unidos por la madre fotografìa, decidieron exponer su mirada.
“Cada uno la aborda o la utiliza de modo distinto”, explica Mauricio Waisman. Él supo de inmediato qué iba a colgar en Galería Santángelo:
“Es una foto que saqué en la Villa 31 a mediados de este año y pasó lo que me pasa siempre con el laburo. El concepto empieza a marcar el norte y uno empieza luego a tomar decisiones estéticas (algo así como una estrategia) para que se haga cada vez más potente”. La obra de Waisman pasó de ser una foto simple, a una instalación que apela al compromiso y la curiosidad del espectador.
Otra de las instalaciones que tienen a la fotografìa como centro es la de Silvana Valdivia. “Trabajé con una foto de estudio y, a partir de ella, una instalación. La idea es el ‘cordero’ y el simbolismo que entraña. De eso se trata esta muestra, de poner en juego nuestra mirada crítica” .
Andrés Fontana, por su parte, trabaja con la fotografìa antigua, una de sus pasiones. Con una técnica particular captura un mundo interno a través de sus retratos.
“Hay una unión indisoluble entre el pensar y el hacer. Es imposible decir sin mostrar. Es imprescindible transmitir lo pensado. Son necesarios los signos claros. La concreción material de la idea nos muestra la dimensión de lo pensado”. Estas palabras de la recordada artista Inés Rotella también abrigan la muestra.
Alfredo Marón es otro de los integrantes de PVC, el quinteto de artistas que está detrás de “La imagen ardiendo”. Su obra se llama “Periódica existencia”.
Marón detalla: “Es una imagen con diarios incendiados y un personaje en el centro, acompañada de otras obras. Gira en torno a la existencia formada por el relato de los medios”.
Almas que se queman en el tiempo que dura lo que tarda en arder, por ejemplo, el papel prensa. La obra surge, a su vez, de un trabajo más grande que él llama “Poesía periódica”.
“Somos, digamos, ‘engranajes’ de un sistema. Seres que nacen, y se van transformando con los relatos. Luego desaparecen. Y vuelven a resurgir. Seres con los mismos problemas que los textos de los periódicos", sostiene Marón.
“No es fácil entrarle a la soledad, a ninguna soledad”, nos había dicho el fotógrafo Luis Vázquez con profunda sencillez. Él, que desde hace más de 15 años enseña en la Escuela Mendocina de Fotografía, avanza en busca de la mirada más honesta. Vázquez, que a los pobladores de la Payunia y del Secano, emprende una nueva aventura contemporánea.
“Nos conectan cosas parecidas”, consienten los miembros de PVC, “especialmente los vínculos entre la fotografía y el arte”. De modo que los roles de maestro y aprendiz se intercambian permanentemente en pos de búsquedas estéticas para combinar fotografìas y otros elementos. “Que no se entienda todo a simple vista”.
Claro que como docente y cazador de imágenes, Vázquez tiene un buen prontuario. Desde 1992, en sucesivas excursiones fotográficas, viene captando la profundidad humana y paisajística de las comunidades huarpes. En ese contexto surreal que impregna a los habitantes de Lagunas del Rosario, él ha sabido compenetrarse de su mística y su realidad. De allí (y de los sucesivos viajes al desierto que ha realizado con sus estudiantes de la Escuela Regional de Fotografía) surgió un recorrido visual que transita por nuevos cauces.
“Mi trabajo documental comenzó en octubre del '92”, cuenta Vázquez mientras detalla el modo en que la luz inside en los rostros de la gente. Luego de establecer un vínculo entrañable con el lugar, pudo realizar retratos como “Mujer huarpe” o “Julia y sus hijas” o escenas de carácter simbólico como “Cultura truncada”, donde un árbol mutilado metaforiza el desgarro de una cultura.
En el nombre de un surrealista
Desde diciembre de 2008, Galería Santángelo se ha convertido en un lugar para disfrutar y adquirir arte mendocino contemporáneo.
Ubicada en la calle Olascoaga 631 de Ciudad a, metros de calle Arístides Villanueva, abre sus puertas al público local y extranjero .
Su nombre es un homenaje al artista plástico Marcelo Santángelo, precursor del surrealismo en Mendoza y reconocido nacionalmente por su extraordinaria capacidad inventiva.
Siguiendo el espíritu innovador de Santángelo, se lleva a cabo este proyecto brindando un espacio de encuentro, asesoramiento y difusión del arte.
Ficha
La Imagen Ardiendo
La muestra permanecerá abierta hasta el 16 de diciembre.
Podrá visitarse de martes a viernes de 10 a 12 y de 16.30 a 20.30.
En Galería de arte Santángelo (Olascoaga 631 Ciudad, Mendoza)
Tel: 261 4255205 / 153642990. Mail: administracion@galeriadeartesantangelo.com