Las matemáticas de los argentinos a la hora de viajar parecen ser bastante lineales. En diciembre pasado, la salida de divisas por viajes y otros pagos con tarjeta se redujo casi un 50% en comparación con mismo mes del año 2017. Prácticamente lo mismo que cayó el valor del peso a lo largo del año pasado.
Las compras brutas de dólares en concepto de "Viajes y otros gastos con tarjeta" cayeron a u$s 400 millones en diciembre pasado, prácticamente la mitad de los u$s 804 que habían salido en mismo mes del año anterior, período en el que el dólar minorista arrancó cotizando algo arriba de los $ 17,50.
Si, en cambio, se mira el resultado neto (salida de divisas de turistas locales que viajan al exterior más versus entrada de dólares de turistas que llegan al país) la caída en la fuga turística es aún mayor. Mientras que el saldo en diciembre de 2017 fue negativo en u$s 619 millones, el déficit turístico cayó a u$s 215 millones en el último mes del año pasado. Es una contracción interanual del 65%.
Si bien el concepto "viajes y otros gastos" no sea un indicador perfecto de lo que hacen los turistas argentinos en el exterior, porque incluye pagos con tarjeta en moneda extranjera que no necesariamente se hicieron fuera del país (por ejemplo, una compra online a una web extranjera o el pago de un servicio de streaming), es un buen indicador de cómo está la capacidad de compra en dólares y de qué tanto la están utilizando los turistas que salen del país.
La corrida cambiaria del año pasado está disminuyendo a toda velocidad una de las vías más notorias de salida de divisas que revelaba lo apreciado que estaba el peso argentino hasta, al menos, mayo de este año.
En 2017 el déficit por turismo había alcanzado los u$s 8622 millones en todo el año frente a un déficit de cuenta corriente cambiaria de u$s 17.052 millones en total.
Hasta junio del año pasado, a dos meses de iniciada la corrida, el déficit continuaba expandiéndose. Con algo de retraso, el nuevo precio del dólar hizo lo suyo y redujo los gastos de los argentinos en el exterior (aunque todavía hizo poco para hacer crecer los gastos de extranjeros en el país).
En todo 2018 la salida de divisas por turismo alcanzó así los u$s 6512 millones, un retroceso del 24% respecto de 2017.
Con todo, los gastos de los argentinos en el exterior parecen más resistentes que el global de los intercambios de bienes y servicios del país con el mundo. El déficit de cuenta corriente -balanza de pago de bienes y servicios- se contrajo un 34% en 2018 respecto del año anterior, al caer a u$s 11.329 millones.
El déficit de cuenta corriente, si se quiere la medida de la debilidad externa de la Argentina, se contrajo en diciembre a apenas u$s 126 millones, frente a los u$s 1765 millones de mismo mes del año anterior. A pesar de una leve caída en los ingresos por exportaciones, el flujo cambiario por el comercio de bienes es la principal explicación de la mejora en ese rubro.
Con el dólar a cerca del doble de su valor de un año antes -y una abrupta caída en la actividad- la caída en los pagos de importaciones al exterior fue mucho más importante. Cobros de exportaciones cayeron 13% en todo el año, frente al 22% que retrocedieron los pagos de importaciones.
El déficit de servicios, donde entra turismo, se redujo 13% interanual, con una caída del 19% en los ingresos y del 16% en los egresos.