Los despachos de vino en el mercado interno cayeron 14% en setiembre. Para los especialistas, el nivel de ventas está condicionado por la baja general del consumo, provocada por la inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en setiembre de 2018 se despacharon 723.118 hectolitros de vino en el mercado interno, mientras que en el mismo mes del año pasado se registraron 841.134 hectolitros, lo que significó una retracción de 118.016 hectolitros (-14%).
Cabe aclarar, que los "despachos" se refieren a la cantidad de vino que las bodegas enviaron a los puntos de venta. No necesariamente se trata de vinos vendidos al consumidor final. Sin embargo, es un indicador que claramente sirve como termómetro de lo que está ocurriendo en el mercado interno.
Si se analizan los resultados por tipo de vino, se observa que la caída más pronunciada en volumen se produjo en los vinos "sin mención varietal", tras caer de 613.482 hectolitros en setiembre de 2017 a 499.049 hectolitros en igual mes de este año (-18,7%). En términos porcentuales, la baja más fuerte se dio en los espumosos (-30,1%), pero su participación en volumen es muy pequeña.
Un dato positivo, es que los vinos varietales lograron un repunte de 6,2%, pasando de 176.631 hectolitros despachados en el noveno mes del año pasado a 187.654 hectolitros en igual mes de 2018.
Lo negativo para el sector, es que ese incremento no fue lo suficientemente grande como para revertir la retracción general.
Año de pérdidas
La caída de setiembre dio continuidad a una clara tendencia negativa del mercado interno de vinos. En lo que va de 2018, los despachos solo crecieron en una oportunidad. Fue en enero, con un repunte del 2% con relación al primer mes de 2017.
A partir de febrero los números fueron siempre rojos y las bajas cada vez más pronunciadas.
De acuerdo a las estadísticas publicadas por el INV, las ventas de vinos dentro del país cayeron en febrero (-1%), marzo (-3%), abril (-2%), mayo (-8%), junio (-8%), julio (-7%), agosto (-5%) y setiembre, con la mencionada caída de 14%.
Como consecuencia, el acumulado de los nueve meses del año muestra un saldo negativo de 5,8% para el mercado interno de vinos. En el período enero-setiembre del año pasado se despacharon un total de 6.705.744 hectolitros y en igual período de 2018 se contabilizaron 6.319.750 hectolitros. La diferencia, entonces, es de 385.994 hectolitros a la baja.
Baja de poder adquisitivo
Referentes del sector vitivinícola analizaron los resultados estadísticos publicados por el INV y coincidieron en que las ventas están cayendo en picada como consecuencia de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
Ángel Leotta, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), opinó que "la retracción va de la mano de lo que ocurre en el país" y remarcó que el consumo está cayendo incluso en productos de la canasta básica.
"La gente no gasta porque no tiene. La plaza está seca y eso genera un fuerte estado recesivo. Por eso los consumidores se limitan a llevar lo básico para alimentarse y dejan de lado productos como el vino, que no son de primera necesidad", lamentó.
Se mostró de acuerdo Carlos Iannizzotto, gerente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Mendoza (Acovi) y presidente de Coninagro. "La baja de ventas en el mercado interno es consecuencia de los bolsillos flacos. Hay una baja general del consumo y nuestra bebida tiene sustitutos más económicos", señaló.
"Las altas tasas de interés, la presión tributaria y la pérdida del poder de compra de los sueldos son los causantes del estado recesivo. Mientras no se resuelvan los problemas macro, va a ser difícil ver una recuperación marcada", agregó Iannizzotto.
Similar fue la lectura de Eduardo Córdoba, presidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza. "La crisis del mercado interno de vinos está relacionada a la baja general del consumo. Hay menos trabajo y menos poder adquisitivo, y el vino no escapa a esa realidad", apuntó.
El mercado externo
Los referentes del sector coincidieron en que las exportaciones han permitido compensar parte de la caída registrada en el mercado interno. Es que la suba del dólar produjo una recuperación de la competitividad para las bodegas que operan en el sector externo.
Por ahora el repunte se ve sólo en el vino a granel, que en los primeros nueve meses del año registró un crecimiento del 144,7%, pasando de 236.510 hectolitros exportados en los primeros nueve meses del 2017 a 578.714 hectolitros en igual período de este año.
Por el momento no se ve reacción del vino fraccionado, que muestra una baja del 3,6% en el balance acumulado del año (se exportaron 1.451.508 hectolitros en el período enero-setiembre del año pasado y 1.398.901 en los primeros nueve meses de 2018).
Sin embargo, Iannizzotto, Córdoba y Leotta consideraron que, si se mantiene la ventaja competitiva, los vinos fraccionados también podrían empezar a crecer en los próximos meses.
Claro está, que no todas las bodegas tienen el salvataje del mercado externo. "Hay bodegas que solo trabajan en el mercado interno. Son las más complicadas en este período recesivo", apuntó Eduardo Córdoba.