Consumo de vino: la caída se detuvo y hay  señales de recuperación

Según cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura, durante mayo las ventas repuntaron un 9,5% y el consumo per cápita fue de 1,84 litro

Consumo de vino: la caída se detuvo y hay  señales de recuperación
Consumo de vino: la caída se detuvo y hay  señales de recuperación

Al mes de mayo aumentaron las ventas de vino mendocino en el mercado interno hasta alcanzar los 640 mil hectolitros (hl), lo que implica un crecimiento del 9,5% si se lo compara con el mismo mes del año anterior. De acuerdo con los actores del sector, aún resta recuperar terreno perdido, pero los consumidores están reaccionando de forma favorable a precios competitivos. 

Los datos responden al último informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en donde se destaca además que el 71,7% de los vinos comercializados por Mendoza en el mercado interno en mayo fueron aquellos sin mención varietal, el 24,9% varietales, un 2,9% espumosos y el 0,5% restante corresponde a "otros vinos".

Aumentaron las ventas de vino varietal color (38,7%), varietal blanco (55,9%) y sin mención varietal blancos (23%), mientras que los vinos sin mención varietal color disminuyeron un 0,8%.

Durante los primeros cinco meses del año se registró un incremento del 4,9% en comparación al año pasado, que se dio impulsado por un aumento en las ventas de vinos varietales tanto de color (19,6%) como blancos (35,6%). Así también han crecido los vinos sin mención varietal color (3,7%), pero disminuyeron las ventas de vino sin mención varietal blanco (3,3%).

Tendencia creciente nacional

El 77,5% del vino comercializado en mayo de este año en el mercado interno proviene de Mendoza y el 18,3% de San Juan. La tercera provincia en importancia es La Rioja, seguida por Salta, Córdoba y Neuquén.

En total, a nivel país, las ventas durante el mes de mayo alcanzaron un volumen de 825.008 hl, lo que evidencia un crecimiento del 8,7% con respecto a igual mes del año anterior. El 73,6% de las mismas corresponde a vinos sin mención varietal y el 23,7% a varietales, el 2,3% a espumosos y el 0,4% a otros vinos (cóctel de vino, gasificado y especial).

En tanto que el consumo per cápita de dicho mes arroja un valor de 1,84 litros por habitante (población total país), lo que indica un incremento del 7,6% respecto a igual período del año anterior.

Si se observa el acumulado, las ventas alcanzaron entre enero y mayo los 3.346.302 hl, manifestando un crecimiento del 2,3% respecto a igual período de 2018. La participación de vinos sin mención varietal es del 75,4%, 22,1% de varietales, 2,1% de espumosos y 0,4% de otros vinos.

Las razones del incremento 

De acuerdo con Eduardo Sancho, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi), finalizado el primer semestre podrá verse con mayor claridad una recuperación. Es que hasta la fecha no terminan de coincidir los despachos con las ventas en forma directa.

“En 2018 el consumo no fue bueno y deberíamos recuperarnos por encima del 5% en el semestre, para ser optimistas sobre el consumo. Igualmente es una tendencia positiva y se puede ver que paró la baja en el consumo”, destacó Sancho.

Por su parte, Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), consideró que para estimar este incremento hay que considerar que "durante los años 2017 y 2016 las cosechas fueron muy malas, lo que provocó que el precio en el mercado interno tomara valores muy por encima de los datos de inflación y de los de las bebidas sustitutas", afectando a su vez los niveles de venta.

Así, por ejemplo, en 2016 el precio de los vinos para mercado interno subió 100%, mientras que la inflación fue cercana al 25%. "El precio del vino duplicó al de la cerveza, y el ajuste económico que hicieron las familias por la recesión provocó que se alejaran del producto, o bajaran la frecuencia en el consumo", agregó Villanueva.

Por el contrario, en 2019 se observa una situación inversa: los precios son competitivos, hay ofertas en supermercados y el vino "está empezando a recuperar espacios". 

“Las bebidas sustitutas han empezado a sentir el rigor del consumidor que no tiene dinero en el bolsillo, y el vino está en un contraciclo con lo que vivió en 2016. El análisis econométrico muestra que la decisión se toma en un 70% por el precio”, argumentó Villanueva.

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