El programa de Precios Cuidados que la gestión del secretario de Comercio, Augusto Costa, implementó, desde enero, para mitigar la suba de los precios, fue -según las entidades de usuarios- algo mejor que el “congelamiento” dispuesto por su antecesor, Guillermo Moreno, pero “insuficiente para contrarrestar la inflación”.
Los representantes de los usuarios sostienen, además, que el interés por el programa “se fue disipando” con el tiempo.
“Hoy, no llama nadie por los precios. Sólo llaman consumidores, en especial jubilados, para quejarse de que la plata no les alcanza”, cuenta Claudia Collado, titular de Adelco.
“Cuando comenzó el programa Precios Cuidados, la gente llamaba para consultar pero en el último mes, nada. Es como si se hubieran olvidado de que existen o se acostumbró: si encuentra los productos, los compra y si no, compra otra cosa”, dijo.
Según Collado, este programa tuvo una mejor recepción de parte de la gente que los precios congelados de Moreno. Sin embargo, “no fue una medida que pudiera incidir favorablemente en el bolsillo de los consumidores”, opinó. Según Héctor Polino, representante de Consumidores Libres, la medida “fue buena pero totalmente insuficiente para combatir la inflación”, aseguró.
“Ante un escenario de inflación tan alta, es como tomar una aspirina para un cáncer”, graficó. Por otro lado, “las empresas ya habían hecho un colchón importante con las subas de precios que se habían acelerado desde octubre del año pasado y la devaluación de enero fue muy cercana en el tiempo a la puesta en marcha del programa. Con lo cual, el impacto de los precios rebajados no repercutió tanto para los consumidores”, agregó.
Fernando Blanco Muiño, titular de la Unión de Consumidores de Argentina (UCA) coincide en que los Precios Cuidados fueron mejor recibidos por los consumidores. “Tal vez, porque hubo una mejor y mayor difusión pero ahora, el paso del tiempo hizo que la inflación los licuara. Ni hablar en algunos lugares del interior, donde los precios cuidados ni siquiera llegaron”, señaló.
Según el directivo, el programa oficial “se perdió” como una medida única y aislada como remedio contra la inflación. “Si se hubiera implementado alguna otra cosa para descomprimir la presión inflacionaria, tal vez habrían logrado mejor resultado” y recordó que “tampoco se tuvieron en cuenta las sugerencias de las entidades, como por ejemplo, que los productos se agrupen en una góndola única para ser detectados mejor”.