Pensando en dar respuestas a las demandas sanitarias específicas de las trabajadoras sexuales mendocinas, es que se implementó un consultorio en el cual se les ofrece la realización de análisis de sangre, se entregan preservativos y, luego de una encuesta, se trabaja en prevención.
Fue habilitado en el Laboratorio de la planta baja del Hospital Central y la iniciativa corresponde al Plan Provincial del Sida que se encarga de entregarles gratuitamente la protección y ahora busca detectar HIV, hepatitis B y C.
Esta instancia es reconocida como un centro de Prevención, Asesoramiento y Testeo y ha sido muy bienvenida por las meretrices. Fátima Olivares, de la organización Ammar que las nuclea, dijo que se trata de una iniciativa "buenísima, excelente". Explicó que están trabajando con el programa de manera conjunta. "Nos parece algo bueno porque allí nos entregan más cantidad de preservativos y poder hacer los análisis en el lugar es mejor porque de otra manera muchas no se los hacían", especificó.
Dijo que ya saben que cuando las llevan detenidas, al día siguiente las llevan a realizárselos, pero "la mayoría no se los hace de otra manera".
En realidad, este testeo es obligatorio porque es una de las exigencias de la libreta sanitaria que deben tener para ejercer su trabajo.
Prevención y estadísticas
El programa provincial les entrega una caja de 144 preservativos por mes o más si se le solicita y aseguran que ninguna otra instancia entrega tal cantidad. En ese contexto, "empezamos a hablar con ellas sobre sus necesidades y lo que hacían. Entonces vimos que hacía falta un espacio diferente para trabajar con ellas porque tienen muchas demandas que son diferentes de las del resto de la gente", contó Lisandro Soriano, quien se encarga de las estadísticas del programa y además realiza la encuesta en este consultorio.
A medida de que se fueron acercando más interesadas se dio cuenta de que era una buena oportunidad de empezar a sistematizar ese trabajo informal. Cuando se acercaban se les sugería la realización de los exámenes de sangre, pero debían trasladarse hasta el Centro Emilio Coni y por ese motivo la mayoría no lo concretaba.
Por eso, se pensó en entregar los preservativos en un lugar donde pudieran realizarse de manera inmediata estos exámenes (de manera consentida) y así fue que se trasladaron al hospital Central.
"Apuntamos a la accesibilidad al diagnóstico -dice Soriano- y por eso con el programa de Hepatitis hacemos un trabajo conjunto: usamos dos laboratorios que están uno al lado del otro y ahora se los realiza el 95 % de las que consultan", cuando antes sólo el 10%.
El titular del programa, Víctor Bittar explicó que se apuntó a éste que es un grupo vulnerable y que en caso de que los análisis den negativos se les ofrece la vacunación contra la hepatitis B.
A través del cuestionario se pregunta sobre sus prácticas sexuales y sus hábitos de vida a partir de lo cual se puede trazar un perfil que sirve con fines estadísticos pero además favorece la intervención del programa tendiente al cambio de conductas negativas, sugerencias y resolución de problemas.
"Saben a qué están expuestas. Entonces cuando uno les facilita las cosas y les quita el peso burocrático que implica obtener los turnos médicos y análisis, acceden fácilmente", dijo.
Esta instancia funciona allí hace dos meses y se ofrece también a la población en general que quiera realizarse testeos para detectar alguna de estas infecciones. Se está pensando en el corto plazo ampliar las posibilidades a la detección de sífilis, que requiere el uso de otra parte del laboratorio.
La atención es lunes y jueves de 14 a 17 en el Servicio de Virología del hospital Central y los resultados demoran entre 3 y 4 días.
Se accede de manera espontánea, es decir sin turno previo.
Aunque en este consultorio no se incluyen los exámenes ginecológicos de rutina, existen otras instancias donde pueden realizarse de manera gratuita como ocurre en los centros de salud y servicios específicos de los hospitales públicos. Antes estaba habilitado para este segmento en particular en el Coni donde, según detalló Bittar, acudían alrededor de 320 mujeres cada tres meses. Sin embargo, se cerró y quedó el servicio en el hospital Lencinas.
El director de dicho efector, Luis Ten Huver, dijo que está funcionando a cargo de una ginecóloga que ya conoce a las pacientes por el contacto asiduo y donde se les ofrece un control integral. Destacó que, sin embargo, el número de personas que consultan disminuyó notoriamente luego de la prohibición de los prostíbulos.
Respecto de esta opción, Olivares señaló que son muy pocas las que prefieren este lugar ya que se les dificulta el traslado. Por eso, la asociación ha hecho un acuerdo con la Casa de la Mujer para que los turnos se otorguen sin demora a quienes pertenezcan a este grupo.