El embarazo es un hecho biológico, y no una enfermedad. Sin embargo, sus protagonistas deben estar preparados para asumir responsabilidades y enfrentar dificultades, entendiendo que existen condiciones que pueden complicar tanto la gestación como el parto y terminar en un resultado no deseado para la mamá o el bebé.
Definimos como “riesgo” a la probabilidad de que una situación desemboque en un resultado desfavorable. Para cada mujer, y en cada embarazo, esta probabilidad es diferente y por lo tanto es su derecho -tanto como su responsabilidad- acceder a esta información antes de tomar la decisión de tener un hijo, a fin de prepararse para una maternidad más segura y saludable. No obstante, en nuestra comunidad la mayor parte de los embarazos asistidos en el sector público no han sido programados y es frecuente, además, que el control prenatal comience en forma tardía, lo cual limita la posibilidad de tomar acciones que prevengan eventuales complicaciones.
¿Es posible identificar factores de riesgo y disminuir sus efectos antes del embarazo?
La respuesta es sí. La mayor parte de estos factores existen con anterioridad a la gestación y podemos actuar sobre ellos, siempre y cuando la futura mamá tome contacto con el sistema de salud antes de programar un embarazo.
¿Existe una forma simple y accesible de que las mujeres en edad reproductiva puedan alcanzar este beneficio?
Nuevamente, la respuesta es sí. La consulta preconcepcional es un encuentro entre el equipo de salud de Gineco-Obstetricia y la mujer que desea programar un embarazo, permitiéndoles trabajar juntos sobre aquellas condiciones físicas, psíquicas o ambientales que pueden perjudicar el curso normal del mismo.
De este modo, la futura mamá podrá recibir información sobre los cuidados que requerirá antes y durante la gestación, así como una atención personalizada a través de la cual conozca y pueda modificar sus propios factores de riesgo antes de que la misma se produzca.
¿La consulta preconcepcional es solamente responsabilidad de las mujeres?
No. También es importante que los varones en edad reproductiva reciban información acerca de las condiciones que hacen a un embarazo saludable y a los factores de riesgo -tanto maternos como paternos- que pueden perjudicar la gestación y el nacimiento de sus futuros hijos. Lo ideal es que, frente a la decisión de planificar un embarazo, ambos miembros de la pareja participen de la consulta.
¿Cómo puede incidir la consulta preconcepcional en favor de un embarazo más saludable?
-Educando sobre conductas beneficiosas para el cuidado de la gestación.
-Asesorando sobre el riesgo de que el bebé presente una anomalía cromosómica o una enfermedad hereditaria.
-Evaluando y disminuyendo la exposición a tóxicos que dañan tanto a la mamá como al bebé (contaminantes ambientales, tabaco, alcohol, drogas).
-Detectando y tratando enfermedades infecciosas.
-Vacunando contra infecciones con riesgo severo para el bebé si se contraen durante la gestación.
-Diagnosticando y tratando trastornos alimentarios (obesidad, anorexia).
-Evaluando el riesgo de un potencial embarazo en mujeres portadoras de enfermedades previas a la gestación.
-Modificando tratamientos y controlando la evolución de enfermedades previas a la gestación con mayor riesgo para la mamá o el bebé.
-Diagnosticando precozmente cáncer ginecológico.
-Detectando y actuando sobre situaciones de violencia doméstica.
-Brindando anticoncepción efectiva a las mujeres que por alguna condición clínica necesitan diferir la programación del embarazo hasta completar algún tratamiento.
-Asesorando a cada mujer acerca del nivel de complejidad que requerirá el control de su futuro embarazo, de acuerdo con los factores de riesgo que presente.
¿Dónde acudir para realizar una consulta preconcepcional?
En el sector público, los centros de salud y hospitales periféricos tienen consultorios de Ginecología y Obstetricia en los que un profesional médico especializado o un Licenciado en Obstetricia pueden hacer las tareas de educación para la salud, realizar una evaluación inicial del riesgo, solicitar estudios y efectuar consultas o derivaciones a otros miembros del equipo de salud, de acuerdo a lo que se necesite en cada caso. También en los consultorios de Gineco-Obstetricia del ámbito privado, los médicos especialistas desarrollan eficazmente esta tarea.
Los avances de la ciencia y la tecnología nos permiten hoy afirmar que la salud de los individuos depende en gran parte de la calidad de su vida anterior al nacimiento. Por lo tanto, programar el embarazo es mucho más que desear la llegada de un hijo; es prepararse integralmente para la maternidad. Así, tan importante como el derecho de una mujer a decidir cuántos hijos tener y cuándo hacerlo, debe ser su compromiso de cuidar de ellos desde antes del momento de la concepción.
Esta nota es un aporte de la SOGM Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Mendoza.
(*) Docente de Obstetricia-Universidad Nacional de Cuyo y Universidad del Aconcagua.