La escuela Alberto Juaire, de la ciudad de San Martín, atiende a más de 80 chicos discapacitados de la región y es un establecimiento modelo en la provincia, con amplias y seguras instalaciones para la educación y el tratamiento terapéutico de niños con problemas motrices y cerebrales.
En el 2010 y como parte de un proyecto de ampliación del establecimiento, el gobierno de Celso Jaque instaló allí dos hidromasajes para niños que no controlan esfínteres, camarines y también una pileta climatizada especialmente diseñada para la terapia de los alumnos, pero hasta el momento y por problemas administrativos de la Dirección General de Escuelas, nada de eso funciona.
La escuela Juaire se encuentra a pocos metros del hospital Perrupato, atiende a unos 80 niños de entre 9 meses y 14 años y en un sector de aulas inaugurado en 2010, se instalaron los hidromasajes y una pileta climatizada, con un sistema de limpieza que no utiliza cloro, con pasamanos en todo su perímetro y también, con un elevador para introducir en el agua a los niños que usan silla de ruedas.
"Fue diseñada durante el gobierno de Julio Cobos y construida en el de Jaque. Lamentablemente no la hemos podido usar", comenta Elizabeth García, vicedirectora de la escuela y define a la pileta como "una herramienta fundamental para la terapia de los chicos".
Desde la Dirección General de Escuelas aseguran que la pileta no ha funcionado desde su inauguración, debido a la firma de un convenio con OSEP que nunca se implementó. "Ese acuerdo es anterior a esta gestión por lo que no tengo demasiados datos, pero se firmó un convenio para que la prestación la diera OSEP y no funcionó", explica Mónica Soto, subsecretaria de Educación, y luego de señalar que por sus características la pileta de la Juaire es única entre las escuelas especiales de Mendoza, subrayó que el convenio quedó disuelto y que la pileta fue restituida a la escuela:
"Nos hacemos cargo de las demoras de este año, pero no de lo que pasó antes. Ahora estamos en la tarea de conseguir profesionales que la atiendan, que deberán ser profesores de gimnasia con especialidad en fisioterapia. Queremos que comience a funcionar en los próximos días con un plantel de profesores estables".
Si bien la DGE sostiene que finalmente la pileta quedará abierta a los chicos, muchos lamentan el tiempo perdido. "Ha sido un total despropósito porque el tiempo perdido en la terapia de un discapacitado no se recupera, lo que no se hizo con un chico en su momento no tiene reparo y el agua es un excelente medio para la rehabilitación y la terapia, ya que ofrece al cuerpo siempre la misma resistencia y permite trabajar todos los músculos", comenta Germán Ejarque, presidente del Consejo Provincial de Discapacidad.
Gustavo Patti, director del hospital Perrupato, recuerda que "en todo este tiempo ofrecimos a la escuela Juaire la ayuda que pudiéramos aportar, para que habilitaran la pileta. Siempre hemos estado dispuestos a colaborar porque es un tema muy sensible para toda la comunidad. Si la pileta no funcionó, ha sido por un problema administrativo y legal de la DGE, que poco a tenido que ver con la falta de profesionales".
Fernando Alim, del Centro Amigo del Discapacitado Motor (Cadim) pide que la pileta se habilite y la posibilidad de que pueda ser usada por chicos que no necesariamente asistan a la Juaire: "Hacer hidroterapia es caro, sale entre 300 y 400 pesos mensuales y mucha gente no tiene ese dinero".
