El ingeniero industrial Pablo Castaño es el responsable de esta gran iniciativa: un calefón solar hecho con botellas pláticas, latas de aluminio y envases tetra brik para darle la posibilidad de ducharse con agua caliente todos los días a todos aquellos que generalmente no tienen la chance de hacerlo.
Son muchos los barrios en Argentina donde todavía se utiliza una garrafa, tanto para cocinar como para calentar el agua. El gas natural no llega a todos lados, y también hay familias que no tienen la chance de adquirir un calefón tradicional o eléctrico. De hecho, se estima que casi un 40% de argentinos no cuenta con acceso a red de agua.
Es por eso que la ONG Sumando Energías inició esta campaña, la de llegar a barrios humildes, construir los calefones solares junto con las familias usando esos materiales de descarte, y luego instalarlos.
El resultado es tan sorprendente como emotivo: el 80% del año la familia tiene agua caliente gratis y el equipo funciona siempre, casi sin posibilidad de que se rompa o sufra daños naturales por lo que no necesita mantenimiento.
El producto, que cuenta con el apoyo de 50 voluntarios, ya está sobre los techos de muchas casas del gran Buenos Aires, Bahía Blanca, Salta y Misiones.
¿Cómo funcionan estos calefones naturales?
La lata de cerveza o gaseosa se aplasta, se pinta de negro y se coloca plana alrededor de un caño de PVC para que cumpla la función de calentar el agua, producto de la radiación solar. El agua caliente asciende a un termotanque de 90 litros, que luego empuja agua fria al circuito para que se vuelva a calentar.
El tetra brik y telgopor van por debajo, para evitar la pérdida de calor. Gran parte de la radiación solar se queda en el lugar y ayuda a mantener calientes los caños, eso origina que el agua esté caliente todo el día, incluso cuando hay bajas temperaturas.
Se necesitan alrededor de 180 latas de aluminio y unas 120 botellas plásticas, más caños de PVC, telgopor y tetra brik.