1. CREAR EL DISEÑO
Lo primero que debés hacer es decidir sobre la forma básica del estanque y el tamaño, así como su ubicación. Hay que pensar en cómo se verá y tomar ventaja de las pendientes naturales del terreno.
Luego limpiá el césped del lugar elegido y medir y marcar las dimensiones máximas de la laguna para crear la forma del estanque.
2. CONSTRUCCIÓN
Cavá un agujero en el suelo del mismo tamaño y forma que el contenedor que has elegido para tu cascada. Apilá la tierra que remuevas del agujero al costado del contenedor donde deseás armar la cascada. Apisoná firmemente.
Ubicá el contenedor en el agujero y rellená alrededor con la tierra que has removido. Dejá que sobresalga 5 cm ó 7 cm del piso para prevenir que la tierra caiga dentro y además para dejar lugar para poner las rocas más adelante.
3. REVESTIMIENTO
Apoyá un trozo de revestimiento de estanque flexible (también puede ser membrana flexible) sobre el montículo de tierra, presionándolo en el medio como se desee para crear un estanco por donde fluya el curso de agua, el cual puede ser serpenteando, escalonado o de un diseño más vertical.
Soportá los lados de la pila de la cascada con grandes rocas empujándolas en la tierra. Agregá rocas adicionales a la parte de arriba y a los costados de la estructura, incluyendo algunas que sostengan el revestimiento de estanque en su lugar. Rellená los huecos con espuma negra de estanque o uní las rocas con sellador de silicona para crear una estructura más firme.
Ubicá bloques de hormigón o rocas grandes en el contenedor que has instalado en el suelo. Dejá un lugar para la bomba sumergible. Estos bloques deberían alcanzar la parte superior del contenedor y van a soportar las rocas una vez que la cascada esté completa.
4. INSTALACIÓN DE LA BOMBA
Posicioná la bomba de estanque sumergible en el contenedor de modo tal que resulte accesible si hay que hacerle mantenimiento. Uní la salida de la manguera y sacá la manguera fuera del contenedor y por arriba de la estructura de la cascada. Apuntá el extremo de la manguera en forma horizontal para que el agua caiga por la cascada correctamente. Sostenla en su lugar con una piedra plana.
Apoyá un trozo de malla de alambre resistente sobre el contenedor y los bloques de hormigón al final de la cascada. Cubrí esto con rocas de distintos tamaños para crear un aspecto más natural. El agua caerá por la cascada y se deslizará entre las rocas a la reserva hundida, dando la impresión de que desaparece en el suelo.
5. ORNAMENTACIÓN
Diseñá el jardín alrededor de la cascada con distintos tamaños de rocas limpias y plantas trepadoras que disfrutan la humedad. Las plantas marginales y las que cubren el piso como varios tipo de musgos lucen atractivos en una cascada sinfín.