1. Buscá un área segura para la construcción de tu puente. Explorá un lugar que sea lo suficientemente firme como para soportar el peso del puente en cada extremo. Los soportes en cada extremo deben ser sólidos.
2. Asegurá tu puente a ambos lados del cruce atándolo a un árbol, roca u otro objeto sólido. También podés clavar estacas o postes pesados ??dentro del suelo para asegurar el peso del puente. Atá un trozo de cuerda fuerte a cada uno de tus soportes, empezando por un extremo.
3. Tirá las cuerdas hacia el otro lado del cruce. Hacé un lazo de tus cuerdas si es necesario. Asegurate de que se enganchen en algo, ya que debés cruzar al otro lado. Si no hay un camino sobre el cruce, atravesá a través de la cuerda mano sobre mano
4. Asegurá las cuerdas de apoyo principales en el otro lado de tu puente. Asegurate de que todo está firmemente anclado en su lugar antes de comenzar a colocar los tablones de tu puente.
5. Reuní tablas suficientes para cubrir la distancia de cruce de tu puente. Las tablas no tienen que formar una superficie continua a todo lo largo de tu puente, pero deben colocarse lo suficientemente cerca para que puedas cruzar sin caer a través de ellas. Perforá un agujero cerca de ambos extremos de todas los tablas. Tomá la primera tabla y un trozo de cuerda. Deslizá el trozo de cuerda a través del agujero en un extremo de la tabla, aseguralo a la misma y a la cuerda de soporte principal. Repetí este paso en ambos extremos de las tablas, asegurando cada una a ambas cuerdas de apoyo.
6. Si el cruce no tiene elementos naturales de apoyo para el puente, podés utilizar estacas para asegurar tu puente al suelo.
Debido al diseño primitivo de los puentes colgantes, pueden ser inestables. Es importante tener cuidado cuando cruces y mantener un buen equilibrio. Usá soga muy resistente para el puente con el fin de garantizar tu seguridad al utilizarlo.
