Los cultivos hidropónicos son ideales para las plantas que aman el agua y el sonido de las burbulas en el agua es muy rejalante para vos.
PASO A PASO
1. Buscá un recipiente para usar como reservorio, como una pecera, un tacho o un balde. Si no es a prueba de agua, el reservorio debe pintarse de negro (o cubrirse con bolsas de basura negras y de un buen espesor) si tenés intenciones de volver a usarlo. Si dejás que entre luz al contenedor, ocasionarás el crecimiento de algas, las cuales entorpecen el crecimiento de las demás plantas, robándoles el oxígeno y los nutrientes.
Una buena idea es usar un contenedor de las mismas dimensiones (largo x ancho) de arriba abajo (Ejemplo: La parte superior tiene 36 x 20 y la inferior 36 x 20).
2. Si podés, usá una pecera o un contenedor similar como tu reservorio. Pintalo con spray negro (si es translúcido) y dejalo secar. Antes de pintar, aplicá una tira vertical de cinta de enmascarar, desde el borde superior hasta el fondo. Cuando se seque la pintura, quitá la cinta y aprovechá el espacio sin pintar para observar cuánta agua queda en el contenedor. Agregar la línea permite observar con más certeza el nivel de solución nutritiva.
Usá una cinta métrica para obtener el largo y el ancho de tu recipiente. Medilo desde adentro, de un lado al otro. Cuando tengas las dimensiones, cortá el poliestireno ¼ más chico que el tamaño del contenedor.
Por ejemplo, s mide 36 de largo y de ancho, cortá el poliestireno para que mida 35 x 19.
No ubiqués el poliestireno en el contenedor todavía. Primero, tenés que cortar los agujeros para las macetas de red. Poné las macetas de red sobre la placa, en el lugar donde quieras ubicar cada planta.
3. Con un lápiz, delineá la silueta de las macetas de red. Utilizá una herramienta cortante, como un cuchillo o un cortador, para marcar las líneas y cortar los huecos.
En un extremo del poliestireno, cortá un agujero pequeño para que la línea de aire llegue hasta el contenedor.
La cantidad de plantas que cultives dependerá del tamaño del jardín que construyas y el tipo de cultivo que desees. Recordá espaciar correctamente las plantas, para que cada una reciba bastante luz.
4. La bomba que elijas debe ser suficientemente fuerte para proveer oxígeno a las plantas. Pedí consejos en el comercio. Explicales el tamaño de tu tanque.
5. Conectá la línea de aire a la bomba, y ajustá la piedra difusora al extremo libre. La línea de aire debe ser suficientemente larga para ir desde la bomba hasta el fondo del tanque, o al menos, para flotar en el medio, donde las burbujas de oxígeno puedan llegar a las raíces. Además, debe tener el tamaño adecuado para la bomba que elijas. La mayoría de las bombas vienen con una línea de aire de tamaño adecuado.
Para tener una mejor idea, usá algún contenedor cuya capacidad ya conozcas, y llená el tanque. Recordá contar cuántas veces usaste tu medida para calcular la capacidad del tanque.
6. Instalá el sistema hidropónico. Llená el tanque con solución nutriente. Ubicá la placa de poliestireno en el tanque. Pasá la línea de aire por su agujero. Llená las macetas de red con el medio de cultivo que vayas a utilizar y ubicá una planta en cada maceta. Ubicá las macetas de red en los agujeros de la placa de poliestireno. Enchufá y encendé la bomba y comenzá a cultivar tu sistema hidropónico casero completamente funcional.