La "popularidad" y buena recepción del edificio de España y Gutiérrez se manifestó durante su construcción, su inauguración y prosiguió hasta llegar a nuestros días, detalle consignado en las crónicas y los estudios efectuados.
Jorge Ricardo Ponte lo detectaba en 1987, momento en que afirmaba que muy pocos edificios poseían tan buena "imagen pública" como el BHN.
En la actualidad es valorado en igual sentido. Según una encuesta realizada por la revista ARQ del diario Clarín, este monumento es considerado a la vez el más emblemático y el más bello de la ciudad, esto es así tanto para los arquitectos como para los no especialistas que participaron de la encuesta (Ariel Hendler, 2011).
La obra fue votada por el 58,8% de los arquitectos mendocinos como la más emblemática y por el 55,9% como la más bella. (Ibíd.) Para los editores de la publicación resultó llamativo que "un mismo edificio en una ciudad tan grande condense los votos para las dos categorías".
Consideraron también que "es muy significativo que, a pesar de su carácter español y su construcción reciente, pueda ser considerado como emblemático y representativo de la ciudad.
Es decir que, en este caso la identificación no se produjo con las obras fundacionales ni de la ciudad colonial ni de la ciudad nueva (pos terremoto 1861), como se esperaría de una obra representativa. La 'sutura' se produjo con una obra que, a nuestro parecer, es la construcción volitiva de un emblema identificatorio, debido a que no se encuentra relacionada con los relatos históricos tradicionales más inmediatos de la provincia".
