Por Florencia Bartolucci
Cada vez con mayor frecuencia escuchamos hablar sobre las constelaciones familiares, de personas que concurren a un taller grupal o a una sesión individual para tomar conciencia de las fuerzas que operan en cada sistema familiar y sobre lo que somos, sentimos y vivimos.
La práctica denominada “constelaciones familiares” se ha posicionado desde hace unos años, como un método donde el enfoque se centra en el sistema familiar de origen, permitiendo solucionar muchas de nuestras conductas cotidianas. Es una herramienta terapéutica sencilla y eficaz donde el constelador ayuda al paciente a aprender a ver o a entender que cada persona es desde una perspectiva más amplia, que abarca a familiares directos, a otras personas y cosas, que influyen en las decisiones determinantes de nuestra vida (la pareja que elegimos, el trabajo que tenemos, nuestra relación con los padres e hijos, etc).
En Mendoza, esta práctica está en crecimiento. Luciano Ruete, constelador de Blume - Constelaciones Familiares en Mendoza señaló "cada vez más personas concurren a los talleres grupales, sesiones individuales, a charlas públicas de personas reconocidas que visitan nuestra provincia, hay más facilitadores y más personas interesadas para constelar. La gama de gente es muy diversa, puede hacerlo desde un juez, el dueño de una empresa, un abogado, psicólogo, ama de casa, un estudiante y todos se llevan lo mismo. La constelación es como el lenguaje universal de las emociones, del corazón de la familia".
Según Ruete muchas veces sin saberlo las personas que concurren a una constelación, buscan conectarse con algo que están desconectado. A veces resulta ser un familiar muy querido, pero no lo saben. Por lo general buscan resolver problemas de pareja, de negocios, trabajo, o a veces problemas entre padres e hijos, alguna enfermedad, pero en el fondo, atrás de eso, casi siempre hay una desconexión con alguien que quieren dentro del sistema que puede abarcar varias generaciones.
La metodología de trabajo de una constelación es la siguiente: se realiza una breve entrevista donde el participante informa al constelador cuál es su problemática. Con esta información el constelador plantea una hipótesis del porqué de esta problemática y se selecciona dentro del grupo, las personas que van a representar a los familiares que están involucrados en la dinámica.
"LA PERSONA QUE REALIZA UNA CONSTELACIÓN NO ES LA MISMA CUANDO SALE, EN EL CASO MÁS BÁSICO, PERMITE QUE TOME CONCIENCIA DE ALGO QUE ANTES NO TENÍA".
Ruete explica que "a través de cómo están posicionados y de las distintas sensaciones que se generan, el constelador recibe información valiosa que abre la posibilidad a nuevas preguntas. Con esta herramienta, el participante logra armar una imagen del problema que antes no era visible y al verlo ahí, la persona lo reconoce, siendo esto lo más importante, ya que no es algo inventado. Al ser una dinámica se puede mostrar como modificar esa dinámica para que fluya de una manera más sana".
Luego de constelar, la persona se va con una comprensión de sí mismo y del poder de las fuerzas que gobiernan las relaciones humanas que les cambia la vida. La exploración de las dinámicas que perduran en el sistema de familia logra traer a la luz lo oculto, a hacer visible la causa de determinados conflictos, dando paso a una transformación muy grande sobre la persona, logrando un efecto de reconciliación tanto físico como espiritual.
La persona que realiza una constelación no es la misma cuando sale, en el caso más básico, permite que tome conciencia de algo que antes no tenía, entonces esa persona ya no es la misma y por más que siga en la misma dinámica, ya es consciente y eso empieza a operar y transformar a la persona. Una constelación puede tener efecto entre tres, seis meses a un año después de haberla realizado.
Las constelaciones familiares surgen por Bert Hellinger, un terapeuta alemán contemporáneo, quien propuso el método y rápidamente comenzó a ser usado en diferentes ciudades del mundo.
Hellinger basó esta herramienta en lo que denominó los órdenes del amor que describen las leyes que actúan en las relaciones humanas para asegurar la supervivencia del sistema. Estas leyes son: el derecho a pertenecer, es decir que toda persona tiene derecho a pertenecer a su familia; el equilibrio entre dar y tomar y el orden en la llegada al sistema.
Para Hellinger, la familia como sistema es un conjunto de diferentes miembros que tienen un lugar determinado. Cuando alguien de ese sistema es negado o excluido, el sistema actúa de manera compensatoria, es decir que involucra a otros miembros de la familia que nada tienen que ver y ni saben de ellos. Cuando se incluye a todos, el orden se reestablece y el amor entre todos los miembros puede fluir de manera beneficiosa.
El método se conoció en Argentina en 1999 y en 16 años se han formado “Consteladores” de distintas profesiones: médicos, abogados, periodistas, psicólogos, terapeutas, artistas y empresarios que dependen del Centro Hellinger de Buenos Aires. Asimismo cada vez más personas buscan en esta herramienta, al constelar, la comprensión y transformación de sus problemas cotidianos.
"LA EXPLORACIÓN DE LAS DINÁMICAS QUE PERDURAN EN EL SISTEMA DE FAMILIA LOGRA TRAER A LA LUZ LO OCULTO, A HACER VISIBLE LA CAUSA DE DETERMINADOS CONFLICTOS LOGRANDO UN EFECTO DE RECONCILIACIÓN TANTO FÍSICO COMO ESPIRITUAL".
¿QUÉ ES UNA SESIÓN INDIVIDUAL?
La sesión individual no es una sesión de terapia, sino que el consultante le transmite al facilitador un tema para trabajar de su vida actual y este realizará una intervención en la persona. Cuando se constela (se utilizan plantillas, que son como pies que van a representar a personas), se comienza a ver cómo la dificultad o síntoma que uno tiene está en realidad conectado con algo que viene del sistema familiar de origen, relacionado con sus dinámicas ocultas.
También se logra ver cuáles son las lealtades profundas y los lazos invisibles con otros miembros del sistema familiar, los haya conocido o no. El objetivo es realizar una experiencia sobre el lugar en el que estamos dentro de nuestro sistema familiar.
TALLERES GRUPALES
En los talleres hay, por un lado, personas que participan sin constelar y, por el otro, personas que participan y constelan. Ser participante significa que uno puede ser elegido como representante para alguna constelación.
Quien quiere abordar su problema –con los hijos, de pareja, un duelo, etc.- lo expresa y luego el facilitador elige a otras personas del grupo para que representen a los miembros de la familia con los que se está en conflicto de acuerdo al problema planteado. Los representantes solamente deben percibir las sensaciones y emociones que surgen de desempeñar ese rol, sin teatralizar nada.
Luego el facilitador realiza preguntas y, en base a las respuestas, se va organizando el sistema, tratando de solucionar el problema, aceptándolo como es para que se recompongan los vínculos. Al finalizar el ejercicio la persona se va con la imagen de la representación y una idea diferente del conflicto.