“Señores, este no es un juicio de moral y buenas costumbres; no se puede poner como argumento importante que mi defendida ejercía la prostitución para condenarla”. Nidia Sartor, defensora
“Ahora, mi defendida va a tercer grado; cuando cayó presa era analfabeta. A ella la manipulaba Riquelme”. Claudia Ibáñez, defensora
“Quisiera que se haga justicia por la muerte de mi hija Guadalupe. Y quisiera que me dejaran ver a mi hija Fátima”. Débora Di Falco, absuelta