El accidente nuclear de Fukushima, en Japón, provocó un aumento relativo del riesgo de cáncer en las zonas más afectadas cerca de la central, estima un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hecho público hoy en Ginebra.
El estudio deduce que el accidente de Fukushima, ocurrido en 2011, "no debería suponer ningún aumento perceptible de los riesgos para la salud en el exterior de Japón", añade el informe.
Los expertos estiman en este documento de 166 páginas que en un radio de 20 km alrededor de la central accidentada por un violento terremoto seguido de un tsunami, el riesgo de cáncer de tiroides entre las mujeres y los niños se ha incrementado un 1,25%, en comparación con un 0,75%, el índice común.
En 1986, después del accidente de Chernobyl en Ucrania, se detectó un aumento considerable del número de cánceres de tiroides entre los niños.
"La primera preocupación identificada en este informe abarca los riesgos específicos de cáncer vinculados a la zona y a factores demográficos", recalcó María Neira, directora de la OMS para la Salud y el Medio Ambiente.
"Un análisis de los datos, basado en la edad, el sexo y la proximidad respecto a la central, muestra un riesgo mayor para aquellos que estaban en las zonas más contaminadas. Fuera de estas zonas, incluida la prefectura de Fukushima, no se espera ningún aumento de riesgo de cáncer", afirmó Neira.
La OMS insiste en este informe en la necesidad de hacer un seguimiento durante años de las poblaciones más expuestas, y de vigilar los alimentos y el medio ambiente.
Para los operarios que trabajan en la estabilización en la central hay "un aumento de por vida de los riesgos de leucemia, de cáncer de tiroides y de todos los cánceres sólidos con relación a los niveles de referencia", estima el informe.
"Algunos trabajadores que inhalaron cantidades significativas de yodo radiactivo podrían desarrollar trastornos no cancerosos del tiroides", añade la OMS.