El apellido que Coty heredó está ligado a la historia del deporte de Mendoza. Un nombre emblemático en el básquetbol mendocino de todos los tiempos, tanto que el estadio de Atenas Sport Club lleva el nombre de su abuelo: Nelson “Pipío” Pedemonte, un legendario de calle Viamonte de San José, que tuvo entre sus fundadores a su bisabuelo.
Su papá, apodado Pipío y de nombre Mauricio, también hizo historia en los Apaches, Regatas, Anzorena y DE Paolis, como así también en la Liga Nacional, donde brilló a fines de los ‘90 e inicios de 2000, y hoy dirige al Rojo de la Sexta en el Torneo Federal. Pero Constanza Pedemonte no siguió la tradición basquetbolística, como parecía indicarlo el ADN familiar. Y la atrapó el voleibol. Claro, luego de deambular por distintas disciplinas, así lo reconoce ella y su padre.
Coty tiene 18 años y es uno de los grandes proyectos del voley femenino local, teniendo en cuenta que hace tan un par de temporadas que está jugando en Círculo Policial y ha crecido de manera notable. Se ha transformado en una de las mejores atacantes del equipo que dirige Daniel Vega, que se prepara para su debut en la Liga Femenina 2016; el jueves a las 21, frente a la Selección Argentina de Menores (Las Panteritas), en el estadio Vicente Polimeni de Las Heras, en lo que será el primer weekend.
Allí, Círculo enfrentará además, a River Plate (sábado) y Boca Juniors (domingo) por el grupo A, donde quedará libre en esta jornada Vélez Sársfield.
La Nº10 de calle Boulogne Sur Mer, le tiene mucha fe a Círculo, pese a la zona fuerte que le ha tocado, y sueña con llegar a la Selección Argentina. Luego del lanzamiento oficial de Círculo en la Liga, Coty se encontró con su papá, Pipío y juntos hablaron con MÁS Deportes.
-Pipío, al parecer Coty sigue tus pasos, pero en el voley.
-Sí, está en el deporte y eso ya es bueno. Me acuerdo cuando era más chica y quería ir a los bailes y hacer otras cosas y yo silenciosamente le iba tirando ideas; natación, tenis, voley y le decía ‘fijate Coty que es lo que te gusta más’. Me acompañaba a las canchas cuando jugaba, y para mí es un placer que ella siga en el ámbito deportivo, que tantas buenas cosas siempre trae. Y me encanta que se desarrolle en el deporte que a ella le gusta.
-Más allá de que es tu hija y que no eligió el básquet, pensás que es una Pedemonte que va a llegar lejos con el voley. Pipío ríe largamente.
-No, mirá, soy bastante crítico y cuando uno no entiende mucho de ese deporte hace hincapié en lo actitudinal, que eso para cualquier deporte es igual. Por ahí a los chicos los reto en cuanto a las cosas actitudinales, pero bien. En el resto la dejo jugar tranquila para que se vaya desarrollando y la acompaño en lo que puedo cuando los horarios me dan, porque tengo mis compromisos con el deporte.
-Sí, no siempre se te ve en la cancha.
-Me he perdido algunas finales, y es cuando he estado de viaje o porque me coinciden los horarios con mis entrenamientos, pero permanentemente la sigo a la flaca.
-Tu papá sin dudas es tu gran referente.
-Sí, siempre lo ha sido y siempre lo será. Lo veo como le enseña a mi hermano y todas las cosas que le va diciendo, no sólo en el deporte que hacen ellos, sino también en lo actitudinal, porque la responsabilidad y el esfuerzo se aprenden.
-Sentís alguna presión o compromiso respecto a tu apellido o alguna responsabilidad en particular.
-No, no lo siento así. No lo siento como un peso al apellido, si estuviese en el ámbito del básquetbol quizá allí lo sentiría más, pero no siento que sea un peso o una presión con el apellido.
-¿Y cuáles son tus objetivos y sueños con el voley?
-El voleibol me marcó, no se como me pasó, pero es lo que más me gusta. Mi objetivo principal es llegar a la Selección Argentina, que es el sueño de toda jugadora de voley y conocer otros lugares jugando.
-Con tanto básquet en tu casa ¿como llegaste al voley?
-Me mando una vez a entrenar, porque estaba sin hacer nada, estaba a la deriva.
-¿Tu papá te mandó a entrenar?
-Sí, él me mandó y me dijo ‘bueno vamos a probar ... a ver... el voley’. Al principio no me gustaba, con July (Vega) vamos al mismo colegio y un día en el acto de colación me vio Daniel (Vega) y me dijo, ‘porque no vas a probarte en el club’. Al principio no atinaba. Al otro año fui y me encantó.
-¿Es más apasionante que el básquetbol?
-Para mí, sí...(risas).
-¡Nooooo! -dice Pipío y agrega- en casa vemos de todo. Voley, básquet, dejamos grabando deportes que no son muy tradicionales en la Argentina, la NBA e incluso motor. Ni hablar de los Juegos Olímpicos, nos clavamos frente al tele todos, y estamos abobados viendo deporte.
-Has notado que Coty ha evolucionado mucho en el juego en los últimos tiempos.
-Mucho no me doy cuenta de las cuestiones técnicas y tácticas.
-Pero sabés de pasiones.
-Sí, eso sí, espero que puede desarrollarse y lo que le sugiero es que lo haga con pasión y amor, que le ponga todo eso. Porque si vos tenés el fuego las cosas técnico-tácticas las podés mejorar. Pero si no tenés ganas de progresar en el día a día es más difícil y por ahí te perdés. Debe dar el máximo esfuerzo y ver hasta donde puede llegar.
-Coty, ¿qué expectativas tenés para esta Liga?
-Vamos a tratar de dejar a Círculo en lo más alto. Somos conscientes de los equipos que nos vamos a cruzar, que traen buenos refuerzos. Vamos a poner garra. fuerza y voluntad de ir para adelante y tratar de clasificar a la otra ronda.
-¿Qué encontraste en Círculo que no te lo brindaban otros deportes o espacios?
-Una familia. El grupo de amigas que tengo es hermoso y el cuerpo técnico también. Una familia donde Dani (Vega) es el papá y Bibi la mamá (ríe largamente). Nosotras somos las hermanitas, también están los tíos...una familia.