El hospital materno infantil Doctor Humberto J. Notti acaba de recibir un equipamiento para la atención de pequeños pacientes que sufren insuficiencias renales que a partir de ahora tendrán una oportunidad de mejorar su estado general.
El Hospital recibió un equipo monitor automatizado de hemofiltración plasmaféresis terapéutica, donado por los Rotary Club Dorrego, Rotary Club Guaymallén,Rotary Club Rodeo de la Cruz y Rotary Club El Portillo Tunuyán, que fue instalado en su Servicio de Nefrología, y convierte a la institución en la segunda en el país en contar con un dispositivo especializado de este tipo.
El aparato realiza diálisis a pequeños enfermos, en un buen numero bebés, que están en estado crítico, es decir que llegan a terapia intensiva con una falla renal aguda y hemodinámicamente inestables.
Los chicos con esta patología no podían ser atendidos por tratamientos convencionales, pero ahora se podrá utilizar este moderno equipo para realizar terapias dialíticas en las áreas neonatal, terapia intensiva pediátrica y cirugía cardiovascular.
La herramienta incorporada dispone de un mecanismo más lento que los convencionales, y trabaja dializando la sangre de forma continua durante las 24 horas hasta que el paciente se estabilice. Un aparato común de diálisis tarda 4 horas en realizar este proceso de limpieza de la sangre.
Los beneficiarios serán los pacientes del hospital infantil, con un radio de cobertura de 4 provincias argentinas, con una población total estimada en 4.000.000 de habitantes.
Este progreso en la atención médica de los niños es uno de los muchos hitos del hospital Notti, verdadero orgullo en el marco de la atención de la salud infantil de la región de Cuyo. Lo que no hace más que afirmar los sueños visionarios de los pioneros que bregaron por la construcción de un hospital para niños en Mendoza, que se logró poner en marcha en 1992.
El principal impulsor de esta obra de avanzada sanitaria fue al insigne y solidario pediatra Humberto J. Notti, un verdadero referente en la especialidad durante el siglo XX en nuestro territorio. De ahí que haya resultado justo la elección de su nombre para el nuevo hospital. Pero para llegar a la concreción de la iniciativa, se debió transitar un largo camino de dificultades y postergaciones.
Debido a las altas tasas de mortalidad y la necesidad de la población de ser asistida se decretó en 1897 la construcción del Hospital Provincial, para todas las edades, siguiendo los conceptos higiénicos de edificación europea, finalmente inaugurado en 1907. El hospital contaba con tres pabellones para hombres, dos para mujeres, uno para niños y una maternidad. En 1930 se cambió el nombre de Hospital Provincial por el de Hospital “Dr. Emilio Civit”. Pasaron los años y llegamos a los años ’80, en que comenzó a construirse el nosocomio que conocemos, en San José, y que tendría por pacientes exclusivos a los habitantes de menor edad. En 1992 se lo pudo inaugurar y desde entonces ha sido constante la prestación sanitaria hacia niños y adolescentes, cuyas familias encontraron en médicos y auxiliares las respuestas adecuadas.
Así como siempre hemos defendido los quilates en la atención de los pacientes que realiza el hospital insignia de Mendoza, el Central, en el mismo sentido valorizamos la atención del establecimiento de calle Bandera de los Andes, con sus más de 50 especialidades, internación, guardia y cirugías programadas.
Igualmente militamos la idea de que las familias que genuinamente lo necesiten, concurran a sus instalaciones, pero que procuren no recargar sus servicios cuando por dolencias no tan urgentes ni severas pueden recurrir a los centros de salud barriales.