Un hogar debe reflejar comodidad, calidez, paz... Sin duda, la decoración y mantenimiento de nuestra vivienda debe estar orientada a sentirnos confortables y relajados en la misma, y, por supuesto, a que sea saludable para sus habitantes.
La ventilación. Para mantener una buena temperatura en casa es imprescindible ventilar todas las mañanas, durante al menos 10 minutos. Así, lo mejor es realizar una ventilación cruzada, abriendo ventanas contrapuestas. Además, también es básico para renovar el aire de la vivienda y evitar gérmenes, liberar gases, polvo...
Las plantas. Algo tan básico como incluir plantas en la decoración de tu vivienda mejorará notablemente la salubridad de tu hogar. Mientras que nosotros, al respirar, inhalamos oxígeno y exhalamos dióxido de carbono, ellas hacen el proceso opuesto, inhalando dicho dióxido y devolviendo oxígeno al ambiente.
Los materiales. A la hora de elegir los materiales que formarán y decorarán tu casa (la madera, el cristal, los textiles...) debés asegurarte de que son lo menos contaminantes posible. También es importante detectar cuáles son los productos de limpieza más eficaces para dichos materiales.
La limpieza.
La falta de una correcta higiene puede provocar la aparición de hongos, ácaros, malos olores... y, con todo ello, los correspondientes problemas de salud: asma, alergias, dolores de cabeza...
El mobiliario. Cuando adquieras un mueble, una lámpara... debés tener en cuenta la economía, la ergonomía y la limpieza. Por ejemplo, podés buscar un sillón que sea cómodo, que se adapte bien a la postura del cuerpo humano, que sea de un tejido fácil de lavar, que esté construido con materiales sostenibles...