Siempre será mejor estar bien informado a la hora de adquirir una pieza de arte, ya sea con fines de coleccionar o como fondo de inversión. Esta guía te ayudará para realizar una buena compra.
1. Definir hacia dónde va el interés.
Esto sólo se logra viendo tantas obras como sea posible: visitar museos, galerías, ferias. No es lo mismo que te guste la pintura novohispana a que te guste el contemporáneo abstracto, o la obra figurativa, o el arte moderno europeo de mitad del siglo pasado. Hay muchos factores que se debe tener en cuenta: uno de ellos, sin duda, es el gusto personal.
2. Calcular tu capacidad financiera.
Cuando se va perfilando el motivo de compra, ya sea para coleccionar o para invertir en el arte, es importante saber el capital real con el que se cuenta. Si tu interés es empezar con un fondo de inversión con artistas jóvenes, los requerimientos serán, seguramente, menos onerosos.
3. Comprar con intención clara. Incluso si es una pieza para disfrute es importante hacer una buena compra. No tiene caso hacer un fuerte desembolso, si el artista no va a tener una trayectoria sólida o si la obra no cuenta con instituciones que la respalden. Si la intención es comenzar con un coleccionismo sano, en el que el propósito es gozar la pieza, tal vez ahí sí es importante escuchar al corazón y al estómago.
4. Asesorarse con expertos.
Nuestro trabajo es decir: “si le gusta este tipo de obra, le sugiero éste y este otro artista porque ya tienen obra en museos, ya vienen con tres muestras en galerías de Europa o Estados Unidos o en Latinoamérica, viene de tal colección y es probable que su carrera se vaya para arriba”. Revisar los detalles de los autores, para que la compra no sea una pieza decorativa.
5. Mantener un estilo.
Lo ideal sería que no tuvieras en tu colección obras que desentonen, sino que las piezas puedan dialogar entre ellas. Buscá un acervo que produzca una unidad discursiva en cada una de las piezas y las vuelva un conjunto sólido. Si más adelante querés vender alguna para comprar otra (quizá el artista haya evolucionado lo suficiente en su carrera) que tengas oportunidad de recuperar tu inversión.
6. Seguir la trayectoria de los artistas jóvenes.
Puede pasar que un artista joven venda su primera serie en 5 mil dólares y al cabo de un año ya está cotizada en 150 mil. Por eso es importante hacer un seguimiento de cómo se desenvuelve su trabajo en las subastas, galerías y ferias. Cómo va desenvolviendo su postura, su discurso artístico. Cada año los creadores tienen una sensibilidad distinta y acercamiento diferente a materiales e inquietudes.
7. ¿Y los consagrados?
Lo más importante al adquirir una obra de un artista reconocido es verificar su autenticidad. Esa información se obtiene en la galería, con el comprador y las personas involucradas en la operación. Hay que revisar los periodos del artista: el tipo de trabajo que estuvo haciendo durante la elaboración de esa pieza; los medios que utilizó; los soportes y cuál fue su etapa más prolífica, que, seguramente, será más perseguida por otro coleccionista.
8. ¿Comprar o no comprar lo que está de moda?
Si bien es una decisión del coleccionista, recomendamos no comprar una obra sólo porque está en tendencia. Es un arma de doble filo; puede ser que esa corriente desaparezca en un periodo corto y no dé tiempo a reinsertarla en el siempre volátil mercado del arte. O, tal vez, siga durante un mayor tiempo y el artista alcance un valor reconocido, pero lo ideal es no perseguir meramente al creador del “presente”.
9. Dónde conservar la colección.
El arte es para disfrute, así que lo ideal es convivir con las piezas adquiridas. Si ya no caben en tu casa, la siguiente opción podría ser habilitar una bodega, acondicionada de tal forma que las piezas puedan mantenerse en buen estado y se manejen de forma óptima, sin riesgo a que se pierdan, se dañen o sufran alguna alteración por cuestiones de temperatura y demás eventualidades.
10. Cómo entrar al mercado.
Tanto para comprar, como para vender es importante contar con asesoría. Las ventas se realizan a través de casas de subasta, de particulares, galerías; existen muchas opciones, hay que valorar lo que ofrece cada una y a partir de ahí tomar la mejor decisión.