Camina el club con seguridad, conocimiento y sentido de pertenencia; se nota que está en su ambiente. Para Javier Méndez Cartier, Excursionistas es su lugar en el mundo. Nació a unos metros de la cancha y de chiquito resolvió que el verde y el blanco serían sus colores del corazón. "Fue el acto de rebeldía de mi preadolescencia, porque en mi familia no había ningún antecedente de hinchas de Excursionistas. Fue una elección personal mía. Siempre tuve un vínculo muy fuerte con este club y con mi barrio. Estudié en el San Román, desde Salita de 5 hasta Quinto Año", cuenta el presidente más joven del fútbol argentino.
Licenciado en Ciencias Políticas y Master en Administración y Políticas Públicas, Méndez Cartier, de 26 años. recuerda su ingreso a la política del Verde del Bajo Belgrano: "Empecé desde muy chico, siguiendo al vicepresidente Gustavo Antelo, que junto a otros directivos nos animaron a los más jóvenes a involucrarnos en la vida institucional del club. Mi primer cargo fue como vocal suplente, pero en diciembre de 2015 se desató un caos institucional y renunciaron varios dirigentes. Pasé a la vicepresidencia y a los 24 años asumí la presidencia interina por el alejamiento del presidente Javier Sayegh. Al poco tiempo presentó la renuncia definitiva por cuestiones personales, aunque nunca dejó de acompañarnos, y ahí quedé formalmente a cargo de la presidencia".
"Ser presidente del club que amás implica todo lo lindo de la situación -señala-, pero también significa asumir toda la responsabilidad. Ser el presidente más joven del fútbol argentino me pone en la situación de rendir prueba en todo momento por la cuestión de mi edad. Es una presión que me lleva a ser más preciso y a reducir el margen de error. Es como dice esa famosa frase: "La experiencia es un peine que te dan cuando te quedas pelado". Por eso en la toma de decisiones busco apoyarme en gente con menos pelo. Soy la cabeza visible, pero pertenezco a un equipo de trabajo. Hay preponderancia de jóvenes, aunque tenemos gente con experiencia".
Imposible no mencionar a René Houseman, referente e ídolo de Excursionistas, durante la entrevista. "Tuve el gran honor de tenerlo como amigo. Lo conocí primero como vecino y como hincha. Nos cruzamos siempre en el barrio, en la cancha, en el supermercado... Además en una época yo fui director de la murga Los Audaces del Bajo Belgrano y René era nuestro padrino. Fue un ídolo de carne y hueso, no con pies de barro. A pesar de ser uno de los pocos privilegiados en salir campeón del mundo, nunca perdió la humildad. Estuve muy cerca de él y de su familia durante su tratamiento de cáncer; Chiqui Tapia y la AFA lo ayudaron mucho con los gastos médicos y lo acompañaron. Una semana antes de pasar a mejor vida lo visité y le comenté que el día de su cumpleaños -19 de julio- iba a ser el Día del Hincha de Excursionistas. Mitad en broma y mitad en serio, René me dijo: "Me estás chamuyando". Y lo hicimos: aprobado por Comisión Directiva, el 19 de julio es desde este año el Día del Hincha de Excursionistas", se entusiasma el politólogo y presidente.
Tiene como ídolos futbolísticos, además del Loco Houseman, a Guillermo Bufalo Szeszurak y a Leonardo Cachete Ruiz, técnico y delantero del campeón de Primera C 2016. "Fueron artífices de ese ascenso -dice Méndez-, pero mis ídolos pasan más por el lado de ex directivos, como Ángel Lozano, que escrituró los terrenos del predio, y tantos otros que con su esfuerzo hicieron crecer a la institución". Y enseguida agrega, enfáticamente: "Mis verdaderos ídolos, a nivel formación y ejemplo de vida, son mis viejos. Mi mamá Cristina y mi papá Jorge, que me bancaron en todo".
Hace cuatro años, Excursionistas convocó la atención por un hecho negativo: narcotráfico y armas de guerra en el buffet del club con un directivo y barra bravas involucrados. En ese espacio físico, la nueva conducción montó una biblioteca. "Queríamos mostrar un cambio simbólico. De aquellos allanamientos por motivos que no vale la pena recordar, pasamos a una actividad social y cultural. Somos un club con 108 años de vida, histórico en el Ascenso, y queremos ser un paradigma de lo que deben ser las asociaciones civiles sin fines de lucro", afirma Méndez.
Esa biblioteca, ambiente donde también se dictan talleres literarios y de ajedrez, será bautizada John Carlin, ya que el escritor y periodista británico, tiene una historia particular, y poco difundida, con Excursionistas. "Un vecino suyo jugaba en la Cuarta de Excursionistas cuando Carlin vivió de chico en Buenos Aires. Por eso se hizo hincha y venía a la cancha. Hace poco estuvo en la cancha de Boca y no pudieron convencerlo para hacerlo hincha. 'En Argentina soy de Excursionistas', les contestó John", relata con orgullo el juvenil presidente.
"¿Cómo negocio con futbolistas, la mayoría de más edad que yo? Estoy más a prueba que cualquier persona, es como que buscan probarte hasta que punto tenés carácter y cuál es mi nivel de compromiso con la palabra. Es un tira y afloje, estar bajo la lupa. Pero lo manejo bien. Soy de poner la cara, escuchar y tratar de arreglar las necesidades de cada jugador", responde.
Defensor acérrimo de las asociaciones civiles sin fines de lucro, destaca: "Las sociedades anónimas están supeditadas a la lógica del mercado y no son viables para el fútbol argentino. En cambio, los clubes tradicionales son escuelas de democracia: se debe respetar un estatuto, se hacen asambleas y se debate, hay que consensuar con opositores. Tenemos más de cien años de historia y fortalecemos el sistema democrático".
"Es complicado combinar el exitismo del fútbol profesional y no desmantelar las otras actividades deportivas y sociales del club. Tratamos de ser equilibrados y de no cometer locuras. En ese aspecto, tratamos de ser conservadores. A fuerza de trabajo serio, en este tiempo nos hicimos fama de ser un club cumplidor. Descendimos la temporada pasada y cumplimos con todos los compromisos. La ecuación no es a más plata mayor éxito futbolístico. En este reciente campeonato de Primera C tuvimos uno de los presupuestos más altos de la división y sin embargo quedamos penúltimos", razona. Añade: "Una buena campaña futbolística es un arma de doble filo. Si sale bien, todo es color de rosas y potenciás todo lo bueno a nivel gestión. Pero si no se da podés hipotecar los activos y el patrimonio de la institución".