Los pisos laminados pueden definirse como piezas diseñadas para recubrir el suelo, similar en apariencia a la madera pero más económicos, fáciles de colocar y con una variación mayor en colores y diseños. Las placas que conforman el piso laminado están formadas por múltiples capas, destacando el manto superior que se convierte en la superficie del suelo una vez que es instalado y necesita tener una alta resistencia al uso y, sobretodo, al desgaste.
Aunque los suelos laminados no son nuevos en el mercado, su origen de hecho se remonta a los años 70 del siglo XX, todavía se desconocen muchos de los beneficios que éstos poseen y tienen para brindar al interior de un hogar.
Te presentamos las ventajas y desventajas para que te convenzas de un modo objetivo a optar o no, por un suelo laminado para tu hogar. Primero vamos a conocer los pros, y luego los contras, el punto es tener un panorama completo de lo que un piso laminado tiene para ofrecer.
Ventaja de los pisos laminados
Limpieza rápida
La superficie lisa y uniforme que se obtienen en el suelo cuando éste se recubre con el llamado piso laminado es perfecto para una limpieza casi inmediata, ya sea con el trapeador, la escoba o la aspiradora.
Aunado a ello, hay que destacar que su textura impide acumular el polvo, escamas de piel que se desprenden de manera natural de nuestro cuerpo y los cabellos que de manera periódica se desprenden del cuero cabelludo; así que para casas con personas alérgicas es un piso oportuno, así como también lo es para aquellos hogares donde las prisas y la rapidez al hacer el aseo son una constante.
Colocación fácil
La ventaja número dos se enfoca en que es un piso muy fácil de colocar si se compara con su íntimo contrincante que es el parquet, pues las piezas del piso laminado están perfectamente definidas y se acoplan unas a otras de una manera perfecta. De hecho, el proceso que demora más tiempo son las acciones previas, que significa la preparación del suelo para ser cubierto por el piso laminado.
Adaptación a diversas habitaciones
Desde la habitación más íntima hasta la zona más transitada y común, pueden disfrutar con la misma plenitud un piso de madera, eso sí, siempre y cuando el mantenimiento y cuidado sea idéntico.
La única zona que aún no es apta para los pisos laminados es el exterior, es decir, no es un piso diseñado para todas las inclemencias meteorológicas que se pueden presentar.
Durabilidad
La vida útil de un piso laminado puede superar sin contratiempos los 10 años, después de este lapso de tiempo es conveniente cambiar al menos la piezas más dañadas, además de que es adecuado explorar cómo se encuentra el trasfondo del piso; aunque si algo ocurre ahí el piso lo manifiesta de inmediato, ya sea despegándose, sonando diferente al caminar, etcétera.
Como vertiente de esta ventaja hay que destacar que su durabilidad no es completamente correspondiente al cuidado dado, pues no exige tanta precaución como otros pisos, donde incluso hay casas con mucha acción y ajetreo que le deben decir adiós a gozar de determinados recubrimientos para su suelo.
Esencia elegante
Genera apariencias sumamente elegantes, esto debido a que la última capa de composición del piso puede llevar impreso el dibujo de distintos tipos de madera, como haya, nogal o roble, y verse igual de bien sin costar tanto; aunque también puede imitar piedras y cerámicas, incluso aquellas que, por su apariencia, suelen tener un precio alto en el mercado.
Desventaja de los pisos laminados
Separaciones en el punto de unión
La primera de ellas, la separación y/o levantamiento de las esquinas de las piezas del piso laminado, ya sea por la mala colocación o porque el ambiente del subsuelo no es óptimo, es decir, o es sumamente húmedo o no fue preparado de una manera idónea.
Cambio constante de diseños
En el mercado las diversas marcas y los variados proveedores están en todo momento buscando estar a la vanguardia y sacan diseños innovadores de todo. Como los pisos laminados no son la excepción, tanta innovación a veces resulta contraproducente, porque los años pasarán de modo inevitable y quizá cuando alguna pieza del piso laminado necesite ser intercambiada, ya no será posible encontrar el diseño idéntico, o al menos no resultará una tarea sencilla.
Complicaciones al sustituir las piezas
El acto de poner un piso laminado significa que todo el suelo se prepara con antelación para ser una superficie ideal para recibirlo, el inconveniente viene cuando por necesidad es requerido el cambio de alguna pieza, pues el acto de quitarle y colocar otra puede estropear las que están al lado y volverse en un problema mayor.
Poca tolerancia a humedad
Tristemente esta es una de las principales desventajas de los pisos laminados, nos referimos a la poca tolerancia a que sobre él resbalen los muebles. Esto se debe a que con cualquier roce tiende a rallarse, y con un poco de filo puede ser cortado, a tal grado que la pieza del piso laminado termina destruida, y si la mancha o rasguño no llega a tal grado, de todos modos el piso laminado ya luce descuidado y avejentado.
El mantenimiento debe ser delicado y especializado
Aunado a la desventaja anterior, el cuidado que se le debe dar al piso laminado tiene que ser delicado, cualquier acción brusca puede dejar marcas que no podrán erradicarse, ni ocultarse siquiera.
No logran ser completamente antiestáticos
Finalmente hay que hacer referencia la comunidad y poco grata experiencia de sentir ligeras descargas cuando se tiene un frecuente contacto con el piso laminado, sobre todo descalzo o con medias.