El estrés es una respuesta de nuestro sistema nervioso a una situación que se percibe como amenaza. Se trata de una reacción normal y absolutamente natural, que nos ayuda a enfrentar ciertas circunstancias. Son infinitas las experiencias que tienen el potencial para causarnos estrés, ya que todo está sujeto a nuestra interpretación de los escenarios y cómo asumimos dichas experiencias. Existen, sin embargo, situaciones comunes que suelen provocar estrés, como las enfermedades, los problemas económicos, las dificultades en las relaciones sentimentales y los nacimientos, entre otros momentos que tienden a causar estrés.
Síntomas de estrés
Los síntomas del estrés son incontables, ya que sus efectos inciden en todo el cuerpo, pudiendo provocar insomnio, problemas emocionales, problemas de conducta (alcoholismo, drogadicción, suicidio y otras conductas nocivas), problemas del sistema inmune, asma, úlceras, falta de energía, depresión, nerviosismo, paranoia y muchos otros trastornos.
El estrés suele causar también mareos, ansiedad, irritabilidad, enojo, bruxismo, tensión en los músculos de la mandíbula, fatiga crónica, paros cardíacos, enfermedades del corazón, arritmias, diabetes tipo I y II, trastornos digestivos, dolor abdominal, aumento de peso y una disminución del apetito sexual.