La lucha contra el dengue es mayormente intradomicialiaria, ya que los principales criaderos y focos de infección se encuentran al interior de las casas; cualquier espacio en que se encuentre agua estancada será un potencial hogar del virus: bebederos de animales, vasijas, huecos en árboles, juguetes, tanques, etc.
El efecto de las tormentas de "El niño", sumado a las altas temperaturas veraniegas, hacen de casi todas las regiones del país tierra fértil para que los mosquitos se reproduzcan y, junto con estos, el Dengue se expande, usándolos como vector. Este virus es típico de las regiones tropicales y subtropicales y posee cuatro serotipos o variables.
Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad comienza a manifestarse en un promedio de entre 4 y 7 días luego de la picadura de un mosquito infectado, y los síntomas más comunes son: fiebre elevada (por encima de los 40°), dolor de cabeza, dolores musculares, dolor por detrás de los globos oculares, dolores en las articulaciones, náuseas, vómitos, sarpullido y agrandamiento de los gánglios linfáticos.