Después de la despedida de Manu Ginóbili, la novedad de que Leandro Bolmaro se anotó para participar en el próximo Draft de la NBA 2019 es una gran noticia para el básquet argentino.
Categoría 2000, nació en Las Varillas, provincia de Córdoba, misma ciudad de la que surgió el campeón olímpico, en Atenas 2004, y de la NBA con los San Antonio Spurs, Fabricio Oberto, Bolmaro es una de las grandes proyecciones que tiene la disciplina.
El pasado martes, la NBA anunció la nómina de 233 jugadores, 175 del básquet universitario de Estados Unidos y 58 internacionales, que se sumaron a la lista para ser protagonistas de la posible elección de las 30 franquicias. Más allá de la decisión, que sirve para poner su nombre entre los elegibles y para que los buscadores de talento de los equipos lo tengan en su radar, habrá que esperar hasta el próximo 10 de junio para saber si Bolmaro será parte o no del draft, que se realizará en Brooklyn, el 20 del mismo mes.
El último antecedente de un argentino elegido es el caso de Juan Pablo Vaulet, que en 2015 fue seleccionado por los Charlotte Hornets (el equipo del que es dueño Michael Jordan) en la segunda ronda del sorteo y luego fue canjeado a los Brooklyn Nets por otras dos elecciones. Además, nombres como los de Gabriel Deck, Luca Vildoza, Erik Thomas, Francisco Farabello y Máximo Fjellerup, sonaron en los últimos dos años para ser parte de la lotería, pero finalmente no fueron elegidos.
Gracias a sus 2.03 metros de estatura, sumado a sus 81 kilogramos y su capacidad anotadora, el escolta tuvo una carrera ascendente. Después de comenzar a jugar en el Club Almafuerte, en 2017 confirmó su llegada a una estructura que lo cobijó para pulir sus fundamentos del juego: Bahía Basket, la organización que conduce Pepe Sánchez, ex base de la Generación Dorada, lo incorporó en sus filas.
Bajo la conducción de Sebastián Ginóbili, uno de los hermanos de Manu, disputó la Liga de Desarrollo de la Liga Nacional de Básquet, una competición que utilizan los equipos para formar a sus jóvenes jugadores. "Es un jugador y un chico que ama lo que hace. Ama el juego en sí y entrena muchísimo para ser mejor", analizó Sepo, entrenador de Bahía Basket, sobre las aptitudes del juvenil en su llegada al club.
Gracias a la globalización y las nuevas tecnologías, en donde el mundo puede ver imágenes de gran parte de los jugadores que compiten en todo el planeta, su juego llegó hasta los scouts de diferentes ligas europeas y de la propia NBA. Fue así que participó del Basketball Without Borders en 2017 y 2018 (un torneo organizado por la liga estadounidense), del NCAA Next Generation Sunday 2018 (certamen donde las universidades de Estados Unidos pueden ver prospectos para sumar a sus filas) y del prestigioso Nike Hoop Summit, el año pasado, donde convirtió seis puntos en los 10 minutos que pisó la cancha.
Cuando pensaba en disputar los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018 con la selección de básquet 3×3, una llamada con característica +34 sonó en el celular de sus papá. El Barcelona de España viajó a la Argentina para contratarlo, y así lo hizo: le firmó un contrato por las próximas cinco temporadas, asegurándose una de las jóvenes estrellas del mercado sudamericano.
En su llegada a Cataluña, el cordobés es parte de la plantilla del Barca B, conjunto que disputa la Liga LEB Oro, lo que sería la segunda división del básquet español, un escalón por debajo de la Liga ACB, donde hoy brillan Facundo Campazzo y Nicolás Laprovittola.
En lo que va de la temporada 2018/2019, el equipo culé es uno de los peores de la liga: marcha en la posición 16 de 18 equipos, con registro de nueve victorias y 23 derrotas. Los números de Bolmaro son interesantes para su primera incursión en el básquet internacional: suma 10.7 puntos (con casi 46 por ciento de efectividad en dobles y más de 31% en triples), más 3.1 rebotes, 2.5 asistencias y 1.2 robos en casi 24 minutos de juego.
"Bolmaro es un jugador con una actitud excelente y que disfruta mucho jugando. Tiene un gran primer paso, tira muy bien de tres puntos y puede ser un buen defensor. Aunque él ha jugado ya minutos en la Liga Argentina tendrá que adaptarse a la LEB Oro, así que vamos a tener que trabajar mucho con él algo que es muy importante en la carrera de un jugador como es el tener oficio. Queremos que empiece poco a poco, que vaya cogiendo experiencia y que se vaya formando hasta completar su proceso como hizo, por ejemplo, Pablo Prigioni, quien tuvo que crecer en la LEB con Alicante antes de ser una estrella en la ACB", comentó su entrenador en el Barcelona, Diego Ocampo.
Como le sucedió a Ginóbili, que en 1999 se enteró de que San Antonio lo había elegido en la posición 57 del draft de la NBA, Leandro Bolmaro sueña con ser el próximo argentino elegido para pertenecer a la liga más espectacular del básquet mundial.