Por Dis.Int. Florencia Suarez Apatye
El decanter es un elemento que sin el vino es casi impensado, sobre todo porque sus funciones son en base a esta bebida. Por un lado sirve (como su nombre lo dice) para decantar- separar algunos componentes propios que contiene el vino dentro de la botella. Su segunda función es la de oxigenar el vino. Algo que está vinculado directamente con la morfología de la botella: un cuello siempre más angosto que la base.
Aquí algunos formatos distintos al ya conocido decantador.
Este decanter tiene como accesorio un aireador. Esto permite que el vino caiga en forma de lluvia, lo que potencia los matices del vino al tomar contacto el líquido con el aire.
Un pequeño decantador que se utiliza para varias funciones. Entre ellas tiene la medida justa para degustar, decanta y abre el vino delicadamente. Además, permite ampliar los sabores del vino manteniendo la identidad de la bebida.
Este modelo de decanter con una morfología retorcida está hecho en cristal con una base metálica, su formato permite que el vino se deslice por las paredes de la botella.
Este decanter posee un accesorio que permite vaciar la botella completa en el interior, regulando el ingreso de oxigeno.
Otra botella decantadora con aireador, que desvía el líquido hacia las paredes para que logre abrirse el vino y entre en contacto con el aire para su proceso de oxigenación.
Decanters con raras formas que, aunque parezcan distintas, cumple ambas la misma función por respetar el principio básico de tener la base más ancha que el cuello para que puedan depositarse las impurezas y oxigene el vino.