Paulo Gonçalves es uno de los referentes en motociclismo a nivel mundial, fundamentalmente en este Rally Dakar. Era su competencia 13° y no la pudo terminar.
La séptima etapa de la carrera es la más larga y dura, por la extensión y tiempo exponiendo a los pilotos a la máxima exigencia. El kilómetro 263 de la etapa es solo arena. Está ubicado en pleno desierto, entre la ciudad de Riad y la ciudad de Wadi Al Dawasir, en Arabia Saudita.
Fue en el trayecto donde Gonçalves peridó la vida después de un accidente fatal. Allí se armó un pequeño altar. Algo improvisado, en donde algunos pilotos se detenían conmovidos cerca del cuerpo inerte del portugués.
Su compatriota Joaquín Rodríguez fue otro de los pilotos desolados y golpeados por este deceso. Otro fue el eslovaco Stefan Svitko, quien se lo vio desconsolado por no poder creer lo que estaba sucediendo.
Y el australiano Toby Price (KTM), último ganador del Dakar y tercero en la clasificación general de la actual edición del rally.
Price se encontraba entre los pilotos que iban marcando los mejores tiempos del día en los primeros sectores de la etapa, pero optó por detenerse al encontrar a Gonçalves tendido en el camino.
Las imágenes muestran a un grupo de paramédicos que intenta reanimarlo, mientras que algunos corredores lloran y rezan. Después de muchos intentos por revivirlo, el portugués fue llevado en helicóptero de urgencia al hospital Layla, donde murió.
Un paro cardíaco fulminante terminó con la vida de este hombre de 40 años, que en 2015 había sido subcampeón de la competencia más dura y difícil del mundo.