El resultado preliminar de la autopsia practicada al cadáver de Sheila Ayala, de 10 años, señaló como causa de muerte la "asfixia por estrangulamiento a lazo", y la nena es la segunda en Argentina que muere en una semana en manos de sus familiares. El 10 de octubre una mamá asesinó en el barrio porteño de Flores a su hija Sol, que tenía apenas 9 años.
La Superintendencia de Policía Científica trabajó en la recolección del cadáver de Sheila, que era buscada desde el domingo pasado. Se informó a los investigadores que Sheila presentaba en el cuello un "surco de ahorcadura" compatible con un "estrangulamiento con una sábana color blanca con dibujos infantiles".
Los voceros también señalaron que la data de muerte es de tres a cinco días.
El estudio forense se practicó en la morgue del Hospital Carrillo de la localidad de Ciudadela, donde se corroboró que el cuerpo presentaba un surco de ahorcadura de 3 centímetros de ancho "con calco de la trama", ahorcamiento que se sustenta con el dato de que en el examen interno se observó una "equimosis paratraqueal que se condice con el mecanismo de compresión del cuello".
El informe preliminar aclara, además, que el cuerpo de Sheila "no presenta otras lesiones traumáticas en la superficie corporal".
El cadáver tenía, además, "fracturas no vitales de los arcos costales anteriores derecho e izquierdo".
En tanto, los tíos de Sheila que el jueves quedaron detenidos acusados de ser los autores del asesinato, Leonela Ayala, de 24 años y su marido Fabián González Rojas, de la misma edad, iban a ser indagados por el fiscal de la causa, Gustavo Carracedo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 20 de Malvinas Argentinas, pero la tía dio a luz por la tarde.
Fuentes de la investigación indicaron que, al quedar aprehendidos, ambos confesaron ante la policía y dijeron que no recordaban mucho porque estaban "muy drogados", pero ahora se espera que esa autoincriminación sea ratificada ante el fiscal Carracedo para que tenga validez judicial.
Sheila había desaparecido el domingo pasado alrededor de las 12 cuando fue vista por última vez jugando con amigos en el predio de San Miguel donde vivía con su padre.
La segunda en la semana
Sheila es la segunda nena asesinada presuntamente por su familia en menos de una semana, lo que pone en el tapete qué tipo de protección se da a los menores que crecen en ambientes enfermos y peligrosos.
El 10 de octubre, Sol, de 9 años, fue con su mamá a comprar alfajores en el barrio porteño de Flores y la mamá la degolló, para después esconderla entre dos autos y taparla con bolsas
Las cámaras de seguridad dejaron grabada a Angélica Gómez, de 49 años, pasando con la nena y volviendo después sola.
Según la declaración informal que hizo el padre de la nena a los oficiales de la Policía de la Ciudad, un año después de la muerte de su suegra, que se suicidó en 2012, a Angélica le diagnosticaron maculopatía degenerativa en la retina, por lo que su visión se correspondía con la de un niño de cinco años. Este verano, además, le detectaron un tumor en el nervio óptico.
Desde el suicidio de su madre, de acuerdo con el relato de Alfredo Martínez, Angélica comenzó con tratamientos de salud mental. "Entraba en depresiones agudas, angustia, ataque de pánico y delirios", detalló el marido a los policías. Fue atendida en el hospital psiquiátrico Alvear, en el Álvarez y a través de su obra social.
Lo grave es que nadie decidió dejarla internada. "No imaginaba esto. Yo venía avisando que tenía problemas psiquiátricos. Desde hace 5, 6 años la llevé a todos los nosocomios. Están las historias clínicas en todos los institutos (psiquiátricos). No sé por qué se ensañó con ella (por la nena). Yo quería que la dejaran internada la última vez. Todas las veces que la llevé me decían: 'no hay camas'”, aseguró el hombre.
A esto se agrega un informe según el cual la mujer "se encuentra como damnificada en dos sumarios por violencia de género y lesiones", aunque no se confirmó si esas denuncias eran contra el padre de la nena asesinada, que era delegado del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH).
Es decir, que como Sheila, Sol vivía rodeada de un ambiente tóxico, psicopático y violento, pero las alarmas no alcanzaron para que se les diera protección adecuada.
La tía que confesó el crimen dio a luz ayer a su cuarto hijo
Leonela Ayala, la tía y madrina de Sheila, quien confesó junto a su pareja la presunta responsabilidad en el homicidio de la pequeña, se encontraba embarazada de 8 meses y dio a luz a un varón ayer por la tarde.
La joven de 25 años había reclamado el jueves, durante todo el día, la aparición de la niña: "Mataría a la persona que se llevó a mi sobrina".
El crimen de Sheila tiene detalles tan sórdidos como increíbles. La tía y su pareja, Fabián González, confesaron el crimen pero después aclararon que mucho no se acuerdan.
"Tomamos alcohol y drogas y no sabemos qué pasó", afirmó la mujer, que ahora se sabe estaba a punto de dar a luz y tiene a su cargo otros tres menores de edad.
Si bien la presunta confesión no tiene consecuencias judiciales, sí las tiene para los investigadores: el caso quedó enfocado en una agresión intrafamiliar.
Fabián González tiene 24 años, nació en Encarnación, Paraguay, y posee antecedentes penales: en 2013 le abrieron una causa en San Martín por robo agravado en poblado y en banda.
Marcelo Lapargo, fiscal general de San Martín, adelantó que fue un "delito intrafamiliar cometido por los tíos, un hecho que tiene pena de perpetua".
Sobre la "justificación" de los asesinos de que estaban drogados al momento del crimen, Lapargo señaló que podría ser un atenuante. Sin embargo, sostuvo que en este caso no tendría efecto porque de todos modos les correspondería cadena perpetua. Lapargo dio un dato alarmante: los delitos intrafamiliares -fundamentalmente abuso sexual infantil- son muy frecuentes. En lo que va del año, solo en San Martín ya hubo 70 condenas.
Cada vez hay más víctimas fatales menores de 11 años
Según el Observatorio de Femicidios del Defensor del Pueblo de Nación, en los primeros seis meses del año fueron 139 las víctimas de femicidios y se destaca que 13 de esos casos fueron niñas de hasta 11 años de edad, como tenía Sheila Ayala, cuyo caso será uno de los que agigante esta observación cuando se releve el total del año.
"El presente trabajo contiene la totalidad de casos relevados por asesinatos a mujeres (niñas, adolescentes y/o adultas), personas trans, perpetradas por hombres por razones asociadas con su género, caratuladas como femicidio o por muerte dudosa bajo sospecha de femicidio y, también, incluye los casos de femicidios vinculados ", explican las personas involucradas en el estudio.
“La muestra refleja el resultado del análisis de la cobertura de noticias, de acuerdo a las publicaciones registradas en diferentes medios de comunicación, conforme a datos cuantitativos mediante el acopio de artículos periodísticos en el período comprendido entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2018".
El registro indica que hubo 139 femicidios y en su desglose se descubre que hay 11 casos que estuvieron vinculados entre sí y personas trans.
"Dentro del rango de víctimas menores de 18 años, se destacan 13 casos de niñas que aún no habían cumplido los 11 años y fueron asesinadas", agrega la estadística.