El Monumental de Santiago de Chile estaba confirmado desde hace un año como sede de la final de la Copa Libertadores de América, a disputarse el 23 de noviembre, pero los incesantes conflictos políticos y sociales que ya dejaron 18 muertos en el vecino país encendieron las alarmas de las autoridades de la Conmebol.
Tanto el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, Alejandro Domínguez, como sus colaboradores tienen en mente la posibilidad de cambiar la sede y hasta postergar una semana el juego decisivo entre River Plate y el ganador del cruce entre Flamengo y Gremio.
La idea de la Conmebol, y de los clubes, es esperar unas horas más y ver qué ocurre en las calles de Santiago. En caso de que no finalicen las protestas, manifestaciones y la represión policial, el "Millo" disputaría la final única en otro país.
La posibilidad más potable que manejan desde la Conmbol es el estadio Centenario de Montevideo, Uruguay.
Otra opción es trasladar el trascendental evento a Colombia y El Campín de Bogotá sería el estadio a seleccionar.
Las próximas horas serán clave para conocer la decisión del ente madre del fútbol sudamericano.