Hay un 30% de pobreza en la Argentina según los últimos datos del Indec que mide la pobreza según los ingresos, es decir que uno de cada tres argentinos es pobre. El Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que fue el primero en advertir esta cruda realidad del país, dio a conocer un dato mucho más doloroso: en la franja etaria de 0 a 14 años, la pobreza e indigencia es del 50%; uno de cada dos niños del país se encuentra expuesto a las dificultades, inseguridades y morbilidades que genera la extrema miseria.
El Dr. Abel Albino, Presidente de Conin (Cooperativa para la Nutrición Infantil), es un abanderado frente a la lucha de esta problemática, que es un mal que nos aqueja y golpea a todos. Él dice al respecto: "Uno cree que un pobre es una persona igual que nosotros pero sin plata. Y no es así. El pobre es pobre en familia, alimento, estímulos, fuerza, entusiasmo, sueños, ideales, introspección, retrospección, experiencia adquirida y encima … no tiene plata, lo cual es muy distinto. Si lo que queremos es soluciones de verdad, debemos hacer un abordaje integral de la problemática social que da origen a la extrema pobreza: educación nutricional, educación para la salud, lactancia materna, jardín maternal, jardín infantil, estimulación temprana, escuela de artes y oficios, programa de educación agraria, lectoescritura para analfabetos, escuela para padres, documentación y legalización de la familia, alcoholismo, inmunizaciones, agua corriente, agua caliente, luz eléctrica y cloacas".
Conin y su sistema de trabajo son la solución real a la situación crítica que hoy padecen los niños y las familias en la Argentina. El Licenciado Gastón Vigo, Representante de Conin en Buenos Aires, comenta al respecto: "No existe probabilidad alguna para los territorios emergentes de mejorar la escolaridad, elevar el PBI per cápita, acrecentar su calidad institucional, disminuir sus tasas de homicidios, si de una vez y para siempre no se erradica la desnutrición infantil".
La Desnutrición Infantil afecta de manera progresiva al ser humano generando un daño profundo en la persona, afecta su desarrollo cerebral creando debilidad mental y, como consecuencia, discapacidad y menos oportunidades para que esa persona desnutrida afronte la vida de manera digna. Una vez que se cae en la desnutrición ya no hay vuelta atrás. Un cerebro dañado es irreversible. La persona desnutrida o afectada en su niñez por la desnutrición, queda frente al mundo desprotegida y no se adaptará jamás al ritmo del mundo actual.
La solución es de tiempo, y debe efectuarse en los primeros dos años de vida. Allí se desarrolla el 80% del peso del cerebro que una persona tendrá de adulto. Sumado a una buena alimentación y una correcta estimulación hará que el niño se enganche y desarrolle con la vida de manera normal. Si hoy uno de cada dos niños se encuentra bajos los riesgos de la pobreza, ¿qué debemos hacer como sociedad al respecto? Como sociedad organizada y comprometida debemos hacer de Conin una Política de Estado. La solución al buen desarrollo del país y a la exterminación de la extrema pobreza, es la implementación de una seria política de la primera infancia que contemple a los niños de 0 a 5 años, haciendo una abordaje integral de la problemática social, tal como lo describe el Dr. Abel Albino y operando tal cual lo hace Conin que, sólo en su Centro de Prevención de Mendoza ya ha recuperado a más de 16.000 chicos.
Un ejemplo de esto es el vecino país de Chile que, después de haber estado sometido a esta desgracia, logró revertir su situación aplicando el Sistema Conin como política de Estado y hoy cuenta con una sociedad pujante. En 1950, la tasa de mortalidad infantil chilena era del 150 por mil nacidos vivos; hoy es del 7 por mil. La expectativa de vida era de 38 años. Llega en la actualidad a los 79 años para los varones, 82 años para las mujeres; el analfabetismo llegaba al 23%, hoy es del 0,1%; sólo el 35 % de los habitantes tenían educación primaria completa; hoy, el 99 por ciento.
Guarismos que en la educación secundaria pasaron del 12% al 75%, lo que permitió que el ingreso a las universidades se elevara del 2 al 50 por ciento. Todo ello contribuyó a que el ingreso per cápita, que en 1950 era de 400 dólares, ascendiera en 2016 a 23.563 dólares anuales, lo que refleja el notable crecimiento del vecino país.
La realidad social de Conin como una seria política de Estado es importante ya que esto, en conjunto con el serio compromiso de la sociedad, contribuye al desarrollo y sostén de las familias y así dicho equilibrio y crecimiento se transfiere naturalmente al nivel municipal, regional y nacional.
Cada municipio y provincia, junto a la nación, deben asumir, como solución real a la problemática social de la indigencia y la miseria extrema, la implementación del cuidado de la primera infancia, bajo el Sistema Conin, para poder dar a cada niño y las próximas generaciones la posibilidad de que desarrollen todo su potencial genético en igualdad de condiciones, exterminando la causa principal de la morbilidad y la mortalidad de los que no tienen voz pero sí humanidad.
Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Los Andes.
