Aunque fue pactado con los supermercados, el congelamiento de precios lanzado por Guillermo Moreno impactará también en las empresas que elaboran productos de consumo masivo. Sucede que desde hace años el secretario de Comercio es quien autoriza aumentos parciales sobre una canasta de productos básicos. Ahora Moreno avisó que no aprobará retoques por lo menos hasta abril.
Un ejemplo: esta semana concurrió al despacho del secretario la más importante empresa yerbatera del mundo. Como ya es costumbre, Las Marías (que elabora la yerba Taragüí, entre otras) pidió a Moreno autorización para aplicar el aumento escalonado de sus productos de consumo masivo a lo largo del año. Usualmente el funcionario aprobaba a las empresas un primer retoque de sus precios en febrero o marzo. Pero esta vez la respuesta fue terminante: cualquier decisión de ese tipo será aplazada hasta por lo menos abril.
Sucede que el primer día de ese mes vencería el acuerdo que el custodio de los precios pactó con las grandes cadenas de supermercados. Muchos dudan de su eficacia pero el "congelamiento" se inició el 1 de febrero y duraría 60 días, aunque el gobierno ya estudia extenderlo por más tiempo. La novedad, por ahora, es que la prohibición de aplicar aumentos no se limitará a las góndolas. Por omisión, Moreno estiró su alcance a las grandes industrias alimenticias y de otros productos de la canasta básica.
Una fuente del sector lácteo, donde ayer mismo comenzaron la ronda de reuniones con Moreno, confirmó que los aumentos que allí puedan decidirse recién podrán ser aplicados a partir de abril. Lo mismo dijeron en otras dos empresas que dependen del humor del funcionario. Sin acuerdo, el congelamiento rige de facto para el eslabón industrial.
En 2012 Moreno había aprobado una primera tanda de aumentos a este tipo de productos (entre 3,5% y 9%) a principios de marzo. En alimentos, hubo una segunda tanda en junio. Finalmente se aprobó un retoque final en diciembre.
Este año, en cambio, las grandes empresas deberán atravesar el primer cuatrimestre sin aplicar variaciones en sus valores de venta.
Esta situación tendrá consecuencias directas en varios sectores industriales que a su vez están discutiendo sobre precios con los productores primarios. Por ejemplo, en el caso de la yerba por estos mismos días el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) busca fijar un nuevo valor para la materia prima. En tanto, existe una fuerte presión de los tamberos para que las usinas lácteas mejoren el precio de la leche cruda.
En este contexto, las tensiones que provoca el congelamiento de precios al consumidor se trasladarán inevitablemente desde la cadena comercial a las cadenas productivas. No es nada raro: lo normal desde 2006 es que Moreno "pise" los valores de muchos productos primarios, en una estrategia que -sin beneficiar al consumidor- perjudicó gravemente a los productores. La carne vacuna y el trigo son dos ejemplos contundentes.