En la vereda del número 343 de la calle Corrientes -en la Cuarta Sección- hay una losa que indica que en ese sitio residió José de San Martín con su esposa Remedios de Escalada.
Sin embargo, hasta ahora no se había realizado una investigación que permitiera establecer si efectivamente esa era la ubicación de la vivienda que el Libertador ocupó durante poco más de dos años y que el terremoto de 1861 derribó. Especialistas compararon planos históricos con datos catastrales de la actualidad, además de estudiar censos del siglo XIX, y de este modo determinaron que allí estuvo el solar sanmartiniano.
El terreno fue declarado monumento histórico nacional en 1975 y en 1999 el Concejo Deliberante de Capital declaró de interés municipal las acciones que tuvieran como objeto la recuperación y revalorización del lugar.
Sin embargo, Pedro Canepuccia, arquitecto y experto en conservación y restauración patrimonial, explicó que la incógnita a develar era de qué manera se dedujo en el pasado que el 343 de la calle Corrientes era la ubicación del solar, ya que no había registros de cómo se había realizado esta determinación.
José de San Martín y su esposa vivieron en la casa que les alquiló Trinidad Álvarez mientras él se desempeñó como gobernador intendente de Cuyo, desde setiembre de 1814 hasta enero de 1817, cuando emprendió la campaña libertadora. Pero en esa ubicación, además, nació la única hija de ambos, Mercedes, el 24 de agosto de 1816.
Aunque se sabía, por planos históricos, dónde se ubicaba el predio de la familia Álvarez, Canepuccia cuenta que la manzana colonial era más grande que la actual: sus lados medían 150 varas, es decir 126 metros, cuando hoy tienen menos de 100 metros de extensión
Además, en la ciudad antigua las calles tenían 9 metros de ancho, en tanto en la actualidad puede haber entre 16 y 20 metros desde una línea de edificación -esto es, donde se encuentran las fachadas- a otra.
De ahí que la definición del lugar actual no resultara tarea sencilla, ya que no se podían simplemente superponer los planos históricos con los de hoy. La clave era, detalla el arquitecto Canepuccia, encontrar una referencia, algo que logró con sus pares Eliana Bórmida y Juan Brugiavini, y la ayuda del director del Museo del Área Fundacional, Horacio Chiavazza.
Los puntos que les permitieron comparar el trazado de la ciudad antigua con la nueva fueron el remanente del muro oeste de la iglesia de La Merced, que se había encontrado en excavaciones en la esquina de Córdoba y Montecaseros, y las ruinas de San Francisco (sobre calle Beltrán).
A partir de estos hitos, y después de transformar las varas a metros, pudieron hacer coincidir los planos antiguos con los de catastro de la actualidad y corroborar que el sitio donde se encontraba el solar sanmartiniano corresponde al 343 de la calle Corrientes.
Sin embargo, el frente de la casa colonial se ubicaba dos metros hacia el norte de la acequia, es decir, en lo que hoy es la calzada de la arteria.
Pedro Canepuccia agregó que en el Archivo General de la Provincia está el testamento de Francisco Delgado, cuñado de Trinidad Álvarez, y que el documento contiene una descripción de la propiedad, a partir de la que hicieron una reconstrucción en 3D de cómo puede haber sido la vivienda histórica.
Entre los especialistas que desarrollaron la investigación no sólo había arquitectos y arqueólogos, sino también historiadores. Beatriz Bragoni, integrante de la Academia Nacional de la Historia, indicó que la comparación de los censos de 1823 y 1855 les permitió no sólo corroborar la ubicación sino también entender cómo era la familia Álvarez-Delgado, el vecindario circundante y la conexión con personalidades importantes de la política (un sobrino, Juan Agustín Delgado, fue constituyente de la Convención de 1853).
Para Bragoni, esta investigación permite vislumbrar la organización política, social y cultural de la Mendoza post colonial, es decir cuando desaparece la Gobernación de Cuyo. Incluso, resalta que si bien la gesta sanmartiniana es sumamente importante, en su opinión no se debería restringir el uso del solar a este tema, sino ampliarlo a la vida de los mendocinos en el siglo XX.
Harán excavaciones arqueológicas
Horacio Chiavazza, director del Museo del Área Fundacional, comentó que están esperando que se completen ciertas instancias legales para iniciar las excavaciones en el lugar. Esto de acuerdo a la ubicación del inmueble donde vivió San Martín por un par de años, que se pudo determinar con bastante certidumbre a partir del trabajo de investigación y la superposición de planos antiguos y actuales.
La idea de los arqueólogos es hacer perforaciones en la calle y en la vereda -la fachada de la casa que demolió el terremoto de 1861 estaba sobre la calzada actual- para ver si encuentran los cimientos y, si tienen suerte, algunos paños de piso.
Chiavazza adelantó que tienen pocas expectativas de hacer un hallazgo significativo, porque en la zona ya se excavó para colocar los servicios y para reemplazar los adoquines por asfalto y esto genera impactos en el terreno.
De todos modos, estimó probable que encuentren fragmentos de vajilla y de huesos de animales, o incluso algún elemento de metal, y que puedan establecer a qué período pertenecieron. Es que en las excavaciones urbanas, debido a ese impacto de la ocupación humana, se suelen hallar en un mismo sitio objetos de distintas épocas.