La Corte provincial confirmó la pena de homicidio con exceso de legítima defensa para un hombre que mató a su suegro durante una pelea familiar ocurrida en una cabaña de un camping de El Carrizal, en la Navidad de 2011.
La sala penal de la Suprema Corte de Justicia confirmó la sentencia contra Aldo Alejandro Lagos, condenado a tres años de prisión efectiva por el asesinato de Raúl Alberto González.
El 24 de diciembre de 2011, el matrimonio compuesto por Miriam del Rosario Ramírez y Raúl Alberto González se alojó en una cabaña del camping "El Pelícano", ubicado en El Carrizal, Rivadavia. La idea era festejar la Nochebuena con su hija, Mariela Denis González, el marido de ésta, Aldo Alejandro Lagos, y los tres hijos de la joven pareja.
Al festejo se sumó también un matrimonio que conocieron, ocasionalmente, ese mismo día y que se alojaba en una cabaña cercana.
Pero la Nochebuena se desvirtuó cuando Raúl González se enojó porque le pidieron que bajara la música. González comenzó a insultar a todos, diciéndoles que parecían "del Pami" porque no querían escuchar música.
La vecinos circunstanciales optaron por irse a su cabaña y la hija del hombre alterado trató de calmarlo, pero sin éxito: González la insultó y la amenazó con una botella que había vaciado. Finalmente, todos se fueron a dormir y dejaron al hombre bebiendo solo.
Al día siguiente la hija de González decidió irse con su familia para evitar que hubieran nuevos problemas. La joven fue a averiguar el horario de los colectivos, al tiempo que su madre le comunicaba la novedad a su marido, quien volvió a enfurecerse.
Más pelea
En ese momento, Lagos le recriminó a su mujer que no quería volver a pasar por una nueva pelea, pero la violencia estaba a punto de desatarse: llegó su suegro fuera de sí y golpeó a su hija con el palo de un secador de piso. La situación se volvió a desbordar porque González les gritaba a su hija y a su yerno que se fueran, "que eran una desagradecidos", y a continuación comenzó a golpear a Lagos, que es un hombre de menor contextura de la que tenía su suegro.
En ese momento la hija de González intentó defender a su marido, que había tomado un cuchillo de la mesa para protegerse y, en medio de la pelea, le asestó un puntazo a su suegro en la espalda. La herida resultó fatal: González murió horas después en el hospital Perrupato.
Después de ser condenado, el abogado de Lagos, Juan Pablo Chales, casó la sentencia argumentado que se trató de un caso de legítima defensa, que Lagos fue atacado por su suegro, de contextura superior a la de su yerno, quien utilizó el cuchillo para neutralizar el ataque.
La semana pasada, los magistrados Omar Palermo, Mario Adaro y Jorge Nanclares confirmaron la condena por exceso de legítima defensa.
"La introducción del cuchillo en una pelea con golpes de puño configuró un riesgo adicional introducido por el agredido", sostiene, entre otros argumentos, el fallo, argumentando que "si bien quedó constatada la existencia de una agresión ilegítima de parte de González, el riesgo por ella generado no puede hacer concluir que la muerte es "su" conducta, en tanto se trató de un ataque con golpes de puño que no tenían entidad para causarlo. En este esquema, la muerte de González es imputable objetivamente a Lagos".