Más allá del impacto psicológico que tienen las peleas en el seno familiar para los más pequeños, este tipo de escenas resulta también contraproducente para el correcto desarrollo de sus cerebros. Esta hipótesis fue confirmada por la
Universidad East Anglia
, de Inglaterra, a través de una investigación que se centró en el estudio de más de 1200 adolescentes.
Los padres de estos adolescentes respondieron preguntas acerca de eventos negativos experimentados por sus hijos durante la niñez. Los resultados del estudio fueron contundentes:
los jóvenes que sufrieron dificultades familiares leves o moderadas desde el nacimiento hasta los 11 años desarrollaron un cerebelo más pequeño.
Según la explicación de los profesionales a cargo de la investigación, el cerebelo es fundamental para el desarrollo de una persona, ya que
es la parte del cerebro que se encarga del aprendizaje de habilidades y de regular el estrés
. Asimismo, un cerebelo más pequeño también indica un mayor riesgo de sufrir una enfermedad mental a lo largo de la vida, de acuerdo con estudios realizados anteriormente.
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