La Cámara de Apelaciones de San Isidro confirmó la prisión preventiva para los cinco principales imputados de la "Banda de las lloronas", una banda integrada por miembros de la comunidad gitana que había montado en Capital Federal un "call center"con mujeres que fingían ser víctimas que pedían ayuda llorando para hacer secuestros virtuales y que ahora irá a juicio oral acusada de conformar una "asociación ilícita".
El fallo es de la Sala III del mencionado tribunal, integrado por los camaristas Gustavo Adrián Herbel, Celia Margarita Vázquez y Carlos Fabián Blanco, quienes de esta forma avalaron lo actuado por el fiscal de San Fernando a cargo de la causa, Alejandro Musso, y el juez de Garantías 5, Diego Martínez.
Con su resolución, la Cámara confirmó la prisión preventiva para Javier Mauricio Papandopoles, alias "Milanco" (cobrador); Rubén Omar Papandopoles, alias "Gano" (llamador); y Daniel "Chicho" Ivanoff (cobrador y llamador), como "jefes u organizadores" de una "asociación ilícita", mientras en que el caso de Maximiliano Papandopolus, alias "Poroto" (cobrador), y Yamila Kawai "La Japonesa" Cabrera (llorona), por el mismo delito pero en calidad de "componentes".
La pena prevista para el delito de "asociación ilícita" es de 3 a 10 años de prisión para los integrantes y el mínimo se eleva a 5 años para los "jefes u organizadores".
La causa tiene como sexto imputado a un menor de edad -su identidad se mantiene en reserva-, cuyo expediente tramita en el Fuero Penal Juvenil y a dos prófugos que hace nueve meses que no pueden ser localizados: Cristian "Ianco" Papadopulos (llamador-cobrador) y Milena "Mile" Ivanoff (llorona), ambos familiares de los otros detenidos.
En tanto, los camaristas ordenaron, a pedido de las defensas de estos cinco imputados, la "nulidad parcial" de la calificación que el fiscal Musso había hecho para cada uno de los 34 secuestros virtuales que les atribuye -16 concretados con cobre de falso rescate y 18 en tentativa-.
Musso los había caratulado como "estafas reiteradas" y para la cámara se trataría del delito de "extorsión". "Sí entiendo acreditada, con el nivel convictivo exigido para la instancia en análisis, la intervención de cada uno de los sindicados en la conformación del grupo objeto de la presente pesquisa", señala el fallo.
Los jueces dan por acreditado que "se ha plasmado, en primer término, el mecanismo de funcionamiento de la organización investigada, específicamente su metodología de "trabajo", y modalidad delictiva, así como la distribución interna de tareas".
"Los sindicados serían miembros de un grupo conformado y organizado con la finalidad de cometer delitos bajo la modalidad de secuestro virtual", agregan los jueces.
La "Banda de las lloronas" fue desbaratada el 17 de julio del año pasado tras 12 allanamientos realizados en Capital Federal y Mar del Plata.
Las organización tenía montado una suerte de "call center" en un departamento del barrio porteño de Villa Devoto, desde donde hacían alrededor de 150 llamados telefónicos por noche a víctimas desprevenidas que entregaban dinero u objetos de valor para liberar a algún familiar que en realidad no estaba secuestrado.
El modus operandi consistía en hacer llamar a mujeres en llanto -"las lloronas"- para que simulen ser hija, hermana o sobrina de las víctimas con las que se comunicaban al azar para hacerles creer que estaban secuestradas, cuando en realidad todo era una farsa. Durante los procedimientos, además de las detenciones, los investigadores también secuestraron 35 autos de alta gama, entre ellos Mercedes Benz, BMW, Volkswagen Sirocco, Mini Cooper y Smart, valuados en unos 18 millones de pesos.
También incautaron una importante suma de dinero en pesos y en dólares, relojes Rolex y Jean Cartier y otras joyas, supuestamente producto de decenas de secuestros virtuales realizados al menos desde principio de año.
En Capital Federal, la fiscal de instrucción Silvana Russi le atribuyó a esta misma "Banda de las lloronas" el secuestro virtual del que el 2 de julio del año último fue víctima la periodista Sandra Russo (ex panelista del programa televisivo 6,7,8) cuando pagó 50.000 dólares en Palermo por el falso secuestro de su hija.