Fue señalado "el prófugo más buscado" de Mendoza, pero ahora las pruebas lo acorralan y seguirá detenido como acusado de un crimen durante un asalto. A Diego Vildoza (42) le dictaron la prisión preventiva por la muerte del carpintero Juan Carlos Moya (62), ocurrida en noviembre del 2017 en Guaymallén.
Este jueves se llevó a cabo la audiencia que confirmó la permanencia del sospechoso en la cárcel, donde la jueza Dolores Ramón avaló las pruebas del fiscal Gustavo Pirrello para solicitar la medida de coerción. Ni siquiera el abogado defensor, Matías Aramayo, puso objeciones, más allá de que discutió algunas cuestiones.
La rápida resolución dio lugar a conocer algunos detalles más del expediente: Marcelo Angelini, detenido por el caso en noviembre del año pasado, recuperó la libertad este miércoles, un día antes de que se tratara su preventiva. La fiscalía no reunió todos los elementos suficientes y ordenó su liberación.
Por otra parte, trascendió que la causa tiene un nuevo pedido de captura. Se trata de un hombre con muchos antecedentes por asaltos y que está señalado como uno de los dos delincuentes que entraron a la casa de la víctima para robar y que terminaron matando al carpintero.
Además de Vildoza, la investigación tiene detenidos a Francisco Aguero Toledo (48) y Lucas Villanueva (39); el primero de los mencionados sería el autor material del asesinato. Este hombre y el sospechoso no detenido habrían entrado a la vivienda del fallecido, mientras que los otros dos esperaban afuera en un Ford Fiesta Kinetic blanco.
Este auto fue señalado por testigos y luego secuestrado por la Policía, En el vehículo encontraron ADN de Vildoza, prueba que lo compromete. También los investigadores cuentan con un cruce de llamadas entre los tres imputados el día del homicidio.
Otro elemento en contra de Vildoza es que las antenas de telefonía celular detectaron su móvil esa jornada en inmediaciones de la propiedad de Moya. Este acusado quedó señalado como "el prófugo más buscado" luego de que durante más de cinco meses estuvo con pedido de captura y hasta el Ministerio de Seguridad ofreció 200.000 pesos por datos de su paradero; hasta su abogado negoció entregarlo siempre y cuando le aseguraran el mantenimiento de libertad. Finalmente, el 4 de febrero pasado lo capturaron en un domicilio de Maipú. Su búsqueda y clandestinidad derivaron en un causa paralela de encubrimiento, ya que se sospecha de que recibió ayuda de policías para que no lo atrapen.
Vildoza había quedado detenido a fines del 2018, pero meses después recuperó la libertad tras una coartada que fue avalada por un juez. La pruebas volvieron a ponerlo a la orden del día para ser arrestado, sin embargo, logró estar en la clandestinidad bastante tiempo más.
En la audiencia su defensor solicitó que por la integridad física del imputado lo trasladen desde el penal de San Felipe a otro complejo carcelario. Sugirió Almafuerte 2, en Cacheuta, o la penitenciaría de San Rafael.
A este pedido el fiscal no se opuso pero no estuvo de acuerdo con que el acusado vaya al Sur, por las distancias que debería recorrer cada vez que soliciten su presencia en Mendoza. La jueza aclaró que no tiene la facultad de resolver este punto y corrió vista al Servicio Penitenciario para que lo evalúe.
Siesta fatídica
Juan Carlos Moya fue asesinado el 4 de noviembre de 2017 en Villa Nueva,. La víctima se encontraba durmiendo la siesta en su vivienda de calle Gutenberg al 900, cuando sujetos llegaron con la excusa de pedirle un presupuesto por sus labores de carpintería.
Los falsos clientes fueron recibidos por el hijo de Moya y, mientras su padre se levantaba, se encontró con los ladrones armados en su habitación.
Los delincuentes tenían el dato de que el carpintero había cobrado 20.000 pesos por un trabajo reciente y, ni bien lo vieron, le pidieron esa suma. El hombre se resistió al asalto y agarró un machete para defenderse, pero en ese intento recibió un disparo en una pierna y otro en el pecho, que fue fulminante.
Cuando los delincuentes escapaban de la vivienda de Moya, su hijo les arrebató el arma de fuego que llevaban. Este muchacho los persiguió y hasta les disparó, aunque sin lograr herir a nadie.
La pistola calibre 9 milímetros quedó en poder de la Justicia y se transformaría en un elemento clave en la investigación. Los hoy detenidos, Vildoza, Aguero Toledo y Villanueva, están imputados por homicidio criminis causa, con pena única de perpetua.