El mundo ingresó decididamente en la era del conocimiento.Las comunicaciones juegan un rol clave para que esos conocimientos se esparzan y lleguen a todos los habitantes. En ello tienen un rol fundamental las redes de conexión que permiten que internet llegue a todos y los sistemas de recepción, básicamente computadoras o teléfonos, aunque con los nuevos sistemas con big data y las redes 5G los mensajes llegarán a los autos y electrónicos del hogar.
Pero para que todo esto cumpla el rol de democratizar el acceso al conocimiento y generalizar igualdad de oportunidades, debe garantizarse la más amplia conectividad y el más fácil acceso a internet desde cualquier punto; y en esto la Argentina está fallando. Esta imposibilidad de muchas personas de acceder a conexiones y a valores razonables, está condicionando el desarrollo futuro de muchas personas y abre otra grieta que es imperdonable en estos tiempos.
Un reciente informe revela que, a raíz de la crisis económica, bajó el nivel de conectividad porque muchas personas dejaron de pagar los pack de datos de los celulares, y otras dejaron de pagar las conexiones hogareñas y tampoco disponen de wi fi en su hogar. En las escuelas de Mendoza hay mucha disparidad en los servicios de conexión. En las unidades más céntricas la conexión es buena pero no alcanza la red wi fi para todos los alumnos. Las escuelas más alejadas tiene una conectividad tan pobre que en ocasiones no permite las tareas administrativas de la institución y en escuelas rurales, del desierto o de montaña la carencia es total y ni siquiera existen redes públicas ni privadas.
Todas estas carencias son inadmisibles. Por Mendoza pasan dos o tres redes intercontinentales de fibra óptica. Argentina tiene dos satélites de comunicaciones a través de los cuales se aseguraba que habría conexión a precios lógicos con la idea de llegar a todos los segmentos sociales. Y cabe hacer la pregunta de quienes deberían hacerse cargo de cubrir estos servicios.
Hoy la accesibilidad general es muy barata pero el servicio se encarece en la llegada hasta el usuario final, conocido como la “última milla”. La conexión básica baja de satélite, se puede trasladar por microonda si no hay impedimentos físicos que interrumpan las señales, como cerros, edificios o árboles. Una vez que se establece un punto de recepción, se cablea hasta cada domicilio o se redirecciona la señal hasta otra antena de cada lugar de recepción.
Todo esto suele encarecer el servicio. Algunas cooperativas eléctricas han hecho cableados de fibra óptica y por esa vía proporcionan no solo internet sino también televisión por cable. Todas las compañías eléctricas podrían hacerlo ya que las telefónicas no están interesadas en ampliar los servicios que, además, proporcionan muy mala conectividad. En Buenos Aires, con más competencia, hay usuarios que reciben hasta 100mb de conexión, cuando en Mendoza venden 3 y se reciben 2 o menos. Muy pocas prestadoras ofrecen mayor conectividad pero ninguna supera los 15mb, aunque un usuario quisiera pagarlo.
La conectividad a través de internet es hoy un factor determinante para asegurar la igualdad de oportunidades. Así como hace 100 años la educación fue el factor central para asegurar la movilidad social ascendente, la conectividad y acceso a internet hoy cumple un rol similar.
La educación gratuita, libre y obligatoria fue el eje del progreso social a través de la ley 1420 a principios del siglo XX. Hoy, comenzando el siglo XI debemos ponernos a tono con los nuevos tiempos para no dejar argentinos desamparados.