.. es la "persona elegida, o que se ofrece espontáneamente" para conducir "ese vehículo", comprometiéndose a no "tomar bebidas alcohólicas", previo o durante el tiempo que corresponde, a los efectos de responsabilizarse de dejar en sus domicilios a quienes no estén en condiciones de manejar o no su propio vehículo, por considerar que se excedieron consumiendo bebidas alcohólicas.
Lo precedentemente mencionado surge de una noticia en Los Andes del día 13 de enero, pág. 15, con motivo de la sanción de una ley "en la que de ser un programa voluntario pasará a transformarse en obligatorio".
¿Usted llevaría a esa persona en su auto?, ¿sabe cómo podría reaccionar ese circunstancial "acompañante" al obligarlo a permanecer quieto en una butaca?
Hace unos cuantos años, gran cantidad de países tenían -y aún tienen- problemas con personas adictas, entre otros vicios, al alcohol. Fue así que se creó una campaña denominada de "las narices rojas".
¿En qué consiste la misma? Sin intervención del Estado ni de leyes, en cada uno de esos países (Inglaterra, EEUU, Canadá), todas las compañías de seguro unidas entre sí -en particular las aseguradoras de automotores- mantienen una guardia permanente durante todo el año en forma ininterrumpida, donde receptan a través de un único número el o los llamados del responsable de un determinado local para que trasladen "a esa persona pasada en copas" hasta su domicilio.
A los pocos minutos aparece un automóvil tipo sedán de cuatro puertas, conducido por una persona y un acompañante. Estos retiran del local a esa determinada persona y la ubican en el asiento trasero, separado del delantero por una mampara "completamente transparente".
Al "sentarlo" esperan a que por sus propios medios se aplique el cinturón de seguridad; de no ser así, el personal responsable ejecuta esa operación. Las puertas traseras se abren únicamente desde el exterior. Está todo acondicionado para el caso de que llegue a expulsar parte de lo ingerido o bebido dentro de su propio habitáculo.
¿Qué los llevó a realizar esa tarea? Les sale mucho más económico ese servicio que afrontar infinidad de juicios de terceros, ante daños de diversa envergadura, por los irresponsables alcohólicos.
No todos los que se descontrolan con esas bebidas son pasivos; los hay eufóricos, muy difíciles de mantener "quietos".
¿Qué le pasaría a ese conductor designado y obligado por ley si en plena marcha "esa otra persona, en su alucinación", quisiera aferrarse al volante de ese vehículo "común", como así también abrir la puerta por cualquier motivo? ¿Quién se hace cargo si ese vehículo choca? ¿Y si ese "descontrolado" se tira sobre el "designado" haciéndolo desviar para la mano contraria o contra un árbol, choca y muere o queda parapléjico?
¿Como puede influir -en particular en los jóvenes entre 15 a 25 años, incluidos todos aquellos más allá de esas edades que se siguen sintiendo jóvenes ante la propaganda, en particular, por la TV- el mostrar que masivamente los jóvenes aparecen por ese medio blandiendo en alto en sus manos vasos llenos de cerveza y lo festejen eufóricamente, como dando a entender: toma vos también, no pasará nada"?.
La Ley de Medios, puntualmente en su artículo 81 inciso j, menciona realizar propaganda, sí, pero no incitando al consumo. ¿Cuál es la actitud ante esa irregularidad, de aplicar la ley? ¿Esos legisladores se hicieron asesorar?
¿Les informaron cuántos problemas jurídicos ante las compañías de seguros podrían suceder al permitir llevar a una o más personas alcoholizadas? ¿En las empresas de transporte de pasajeros, se les permite acceder? ¿Convocaron a la ciudadanía para intercambiar pareceres? Todos estos son problemas que el Estado debe afrontar.
¿Cuál es la definición de ley?: "Precepto dictado por la suprema autoridad, en que se manda o prohíbe una cosa, en consonancia con la justicia y para el bien de los gobernados".
De alguna manera tratamos, intentamos, nos esforzamos en dar a las cosas un sentido, hacer que valgan la pena, que dejen en la historia una marca de nuestro paso. Y aunque el esfuerzo no sea demasiado y lo reemplacemos por la mecanización de nuestros movimientos y de nuestros actos, mientras tengamos comprensión de lo que hacemos recuperaremos la magia que tiene el escurridizo "sentido común".
Benito Martín Salagaray - DNI 4.221.059