El futbolista argentino del FC Barcelona Javier Mascherano aceptó este jueves ante un juez español una condena de un año de prisión, que no se aplicará, y una multa de 816.000 euros por un fraude de 1,5 millones de euros.
El pacto fue cerrado en diciembre entre los abogados del futbolista y la fiscalía y este jueves fue ratificado ante el juez de Barcelona que investigaba el caso en un rápido juicio de apenas diez minutos, informó la defensa.
En España, las penas inferiores a dos años de prisión no suelen aplicarse si el acusado no tiene antecedentes penales.
La fiscalía de Barcelona acusaba al internacional argentino de no haber pagado a la Hacienda pública 1,5 millones de euros (1,62 millones de dólares) procedentes de sus derechos de imagen percibidos entre 2011 y 2013, que había ingresado a través de dos sociedades en la isla portuguesa de Madeira y en Estados Unidos.
El jugador reconoció en octubre los hechos ante el juez instructor e ingresó al Tesoro público una regularización de 1,75 millones de euros correspondientes al monto defraudado y los intereses.
Una vez terminado el juicio, Mascherano publicó un comunicado en su Twitter culpando a sus antiguos asesores de toda la situación y mostrándose "muy tranquilo por el hecho de saberme nuevamente en regla".
"Soy un deportista profesional, no tengo grandes conocimientos de cuestiones impositivas y legales. Por lo tanto, debo apoyarme en gente que sí maneja estos temas técnicos", aseguró.
"Durante toda mi carrera fui una persona honesta y responsable, respetando a mis compañeros, a los clubes que representé y a los países donde me tocó vivir", añadió.
En una situación similar se encuentra su compañero en el Barça y en Argentina, el astro Lionel Messi, que será juzgado a partir del 31 de mayo junto a su padre por un fraude fiscal de 4,16 millones de euros también relacionados con sus ingresos por derechos de imagen.
A diferencia de Mascherano, Messi no reconoció haber cometido ningún delito ante el juez, asegurando que la gestión de su fortuna corre a cargo de su padre Jorge Horacio, lo que dificulta un posible acuerdo previo al juicio.