En un juicio abreviado que incluyó una pelea entre los imputados, fue condenada ayer la banda que asesinó a Cristian Antonio Verdugo Sepúlveda (36), un vecino de Vistalba que estaba por comer un asado en su casa, cuando se produjo el crimen.
Entre el fiscal de cámara Javier Pascua y los defensores de los imputados se llegó a un acuerdo por el cual los detenidos se declararon culpables y fueron condenados por el delito de homicidio en ocasión de robo.
Las penas fueron las siguientes: Angel Rubén Rojas (24) recibió una pena de 20 años de prisión por ser el autor del asesinato; su hermano Gustavo Exequiel Rojas (19), 9 años por ser cómplice secundario; Roberto Rolando Pereyra (28) 15 años y 6 meses de prisión; y Ariel Argota (28), 14 años de cárcel.
El único imputado que no se plegó al juicio abreviado fue Marcelo Rivas (38) quien será juzgado en un futuro cercano.
El primer juicio por la muerte de Cristian Verdugo se realizó en agosto del año pasado en la Tercera Cámara del Crimen y debió ser suspendido por la enfermedad de un juez.
Ya en ese momento se vio que la causa era endeble y que sólo se sostenía con la declaración de Gustavo Rojas. En ese momento el expediente estaba calificado como homicidio criminis y robo en poblado y en banda, agravado por el uso de arma de fuego.
Ayer, la relación entre los integrantes de la banda que cometió algunos robos en la zona se resintió cuando Rivas se negó a participar del juicio abreviado.
Entonces comenzaron las recriminaciones sobre la participación que había tenido cada uno en distintos "trabajos". "Yo no robé el reloj, el reloj me lo diste vos", dijo uno de los delincuentes. Luego Rojas, al ver que recibía la pena mayor, comenzó a gritar y a agredir a sus compañeros. Los penitenciarios tuvieron que sacarlo del recinto donde el juez Jorge Coussirat dictó sentencia.
Crimen en Vistalba
La muerte de Cristian Verdugo se produjo en la noche del 16 de enero de 2016 en una vivienda del loteo Los Olmos, ubicado en Almirante Brown al 2.900 de Vistalba, cuando el hombre recibió un disparo en el pómulo izquierdo.
Cerca de las 22, llegó al lugar un Ford Fiesta conducido por Ariel Argota. Los hermanos Rojas y Pereyra se bajaron e ingresaron luego en el lote 40, donde estaba el dueño de casa con su hija y su nieta de 5 años.
Luego de amenazarlos con armas de fuego, los ataron con precintos plásticos y los encerraron en una habitación y robaron algunos objetos de valor.
Pero los delincuentes consideraron que el trabajo no estaba terminado y decidieron pasar a la casa colindante.
Tras romper la tela perimetral con una tenaza, ingresaron al lote 41, donde encontraron a dos hombres que estaban junto a la churrasquera, preparando un asado.
Los hermanos Rojas llevaron a Verdugo al interior de la casa y allí, el hombre tomó una cuchilla para defenderse, pero, en ese momento, Rubén Rojas le disparó en la cara a Verdugo, quien murió instantáneamente.