Un catequista de 29 años, identificado como Diego Nicolás Montuelle Miret, fue condenado ayer a tres años de prisión condicional por la Justicia provincial en un juicio abreviado en el que las partes -acusatoria y defensa- acordaron la condena.
Montuelle Miret reconoció la autoría de los hechos, la prueba en su contra y la pena por el delito de abuso sexual simple (tocamientos) en episodios cometidos contra dos niños en 2015.
Los hechos fueron al menos cuatro (esos son los que habían sido denunciados) y las víctimas son dos hermanitos que en esa época tenían 9 y 11 años. Montuelle Miret se desempeñaba por ese entonces como catequista de la iglesia María Reina, ubicada en el barrio Infanta, en Las Heras.
Los niños eran alumnos de catequesis. Además, el condenado les daba clases de apoyo vinculadas a las distintas materias que ellos cursaban en la escuela primaria.
De acuerdo al detalle de las denuncias, la totalidad de los episodios registrados -hechos en los que el ex catequista reconoció su autoría- tuvieron lugar con anterioridad al 8 de diciembre de 2015 y durante toda esa temporada de verano.
El primero de los casos sitúa a Montuelle Miret, su novia y a los dos niños en el parque General San Martín. "Siendo aproximadamente las 17, en uno de los baños del Parque (Montuelle Miret) efectuó tocamiento en los genitales a (aquí se especifica el nombre del niño de 9 años), aprovechándose de que éste tenía los pantalones bajos, y colocándose detrás del mismo", destacan en la denuncia. Asimismo, sostienen que en la misma ocasión -estando en las inmediaciones del Parque y mientras jugaba con los niños- también "efectuó tocamientos en los genitales" del otro niño (11 años).
La segunda de las acusaciones en las que el ex catequista reconoció su culpabilidad transcurrió en el Parque Central y los abusos tuvieron lugar en los baños del espacio verde y mientras jugaban en el lugar.
En tanto, el 8 de diciembre de ese año por la noche, los niños manifestaron haber sido tocados en sus partes íntimas por el hombre, en este caso, por encima de la ropa. Y el último de los casos tuvo lugar en uno de los baños del Mendoza Plaza Shopping, también durante ese verano y en horas del mediodía. El hombre y los dos hermanitos habían ido a almorzar y a ver una película, y en este hecho la víctima fue el niño de 11 años.
Además de la condena a prisión -no efectiva, sino en suspenso teniendo en cuenta que el condenado no tiene antecedentes-, la Justicia ordenó una prohibición de acercamiento a las víctimas para el ex catequista, además de la obligación de realizar un tratamiento psicológico que deberá comenzar durante los próximos 15 días.
"Tenemos satisfacción en cuanto a haber llegado a una sentencia por parte del Estado. Seguimos a la expectativa de que la Iglesia responda alguna vez por los actos de sus curas, monjas y empleados. Aquí la Iglesia sigue sin responder por el daño ocasionado a las víctimas en otros casos, como es el de los abusos a chicos sordos en el Próvolo", indicó Sergio Salinas, uno de los abogados querellantes.
En tanto, desde el Arzobispado de Mendoza indicaron que si bien no existió una denuncia eclesiástica por los hechos -fue la madre de los niños quien radicó la denuncia en la Justicia penal-; se pusieron a disposición de la investigación. Y sostuvieron que el párroco de la Iglesia del barrio Infanta declaró cuando fue citado en la causa.
Asimismo, celebraron que los hechos pudiesen ser esclarecidos y que el proceso haya concluido con una sentencia.