A 22 años de prisión fue condenado ayer Daniel Delamarre (33), acusado de haber matado a Patricia Maldonado Zárate (43), una preceptora que vivía en la Sexta Sección de Ciudad, con quien mantenía una relación sentimental intermitente.
Ayer, los jueces de la Séptima Cámara del Crimen emitieron sentencia contra el acusado, siguiendo el pedido del defensor Raúl Sánchez, quien sostuvo que no se trató de un femicidio -porque no hubo otros hechos violentos anteriores- ni existía una relación formal para establecer el vínculo como una agravante.
Justamente el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se realizaron los alegatos en los que la fiscal Daniela Chaler pidió a los jueces que se condenara a Delamarre a prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por mediar violencia de género y por el vínculo.
La calificación, en este debate, no fue un tema menor. Concretamente para la fiscal se trató de un caso de violencia de género pero para Sánchez, defensor de Delamarre, el encuadre debería haber sido otro porque no existieron hechos violentos anteriores al crimen.
Por otra parte, para Chaler existió la agravante del vínculo, aún cuando no convivían en la misma casa y la relación, en algunos momentos, era frágil.
Por su parte, el abogado Sánchez alegó que su cliente es una persona con graves desórdenes psiquiátricos y, por lo tanto, resulta inimputable.
Es que, después de ser detenido, Delamarre intentó quitarse la vida en los calabozos de la Oficina Fiscal 2, por lo que debió ser internado en el psiquiátrico El Sauce, cuyos profesionales necesitaron 48 horas para estabilizarlo.
Además, el defensor sostuvo que se trató de un caso que debe ser calificado, en última instancia, como un homicidio simple, tal como decidió, finalmente, el tribunal.
Sin duda alguna, una de las pruebas que resultó de gran importancia a la hora de la sentencia fue un análisis comparativo de ADN que se hizo con algunas muestras recolectadas en la escena del crimen.
Muerte de la mujer
En la mañana del viernes 30 de octubre de 2015, la madre de Maldonado Zárate llamó al 911 comunicando que su hija no le contestaba el teléfono.
Patricia era preceptora de la escuela Dávila de Las Heras y vivía sola en un pequeño departamento interno ubicado en calle Lemos al 3000 de Ciudad. Sus vecinos la vieron con vida dos días antes de la denuncia.
Cuando la Policía ingresó a la vivienda de la mujer, acompañada por la fiscal Cecilia Bignert, encontraron el cuerpo sin vida de Maldonado Zárate en el piso y la casa toda revuelta.
Según las pericias realizadas en ese momento, teniendo en cuenta que habían pasado dos días desde la muerte, se pudo determinar que había recibido al menos tres puñaladas y también algunos golpes con un objeto contundente, que no se encontró en el lugar.
