Liliana Ramona Olguín, de 49 años, se convirtió la noche del domingo 20 de enero, en la primera víctima de violencia de género de este año. Su ex pareja, pero con quien compartía casa en el barrio Espejo de El Plumerillo, Luis Alberto Sosa (59), la mató de una treintena de puñaladas.
Si bien Sosa escapó de la escena del crimen a bordo de una Suzuki Vitara, pudo ser detenido a las pocas horas en la ruta 52, camino a Villavicencio. Ayer fue condenado a prisión perpetua tras confesar los hechos.
En un juicio abreviado pactado entre el defensor Martín Vergara y la fiscal de Homicidios Claudia Ríos Ortiz, el hombre reconoció el hecho, por lo que fue condenado a prisión perpetua, única pena prevista en el Código Penal para este hecho, calificado como femicidio.
El arreglo entre las partes terminó siendo ratificado por el juez del Tribunal Penal Colegiado 2, Ariel Spektor, y así el femicida volvió al penal, donde pasará por lo menos los próximos 20 años.
En esta instancia evitó el juicio por jurado y la exposición pública, más allá del drama familiar, por cuanto la pareja tenía cinco hijos en común.
Brutal femicidio
Fue durante la noche del domingo 20 de enero cuando vecinos, después de escuchar una fuerte discusión que terminó con gritos de auxilio, encontraron a la mujer ya sin vida en una de las habitaciones de la humilde casa, ubicada en la calle Tres de febrero al 870, de Las Heras.
Luego se habló de celos y de maltrato, pese a que no había denuncia, y de una amenaza de muerte que se concretó esa noche, cuando el hombre, utilizando un martillo (encontrado en el ingreso de la vivienda) y un arma blanca golpeó y acuchilló a la mujer en distintas partes del cuerpo.
Sosa fue detenido ese mismo día y el 14 de febrero le confirmaron la prisión preventiva.