Luis Castro (32) -un hombre que, siendo niño, un león del zoológico le amputó el brazo derecho- fue condenado ayer a 6 años de prisión por el abuso de un menor de 6 años.
Ayer por la mañana, tras un breve juicio, Luis Castro se sentó en el banquillo de los acusados de la Cuarta Cámara del Crimen y escuchó la condena: 6 años de cárcel por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante.
Durante los alegatos el fiscal Gonzalo Nazar pidió el mismo castigo que finalmente estableció el tribunal, en tanto que el defensor de Castro, solicitó la absolución de su cliente por la duda.
Según la acusación, el 25 de diciembre del 2014 Castro abusó de un niño de 6 años que ese día había concurrido con su familia al celebrar la Navidad al balneario Saucelandia de Guaymallén.
El abuso ocurrió dentro de los baños de la pileta: el niño fue a hacer sus necesidades junto a su padrastro y, en un descuido del mayor, se produjo la agresión sexual dentro de uno de los boxes.
No hubo testigos del hecho, cuando el niño salió del baño, le contó a sus padres y a sus abuelos que un hombre lo agredió sexualmente.
Castro dio una versión diferente: explicó que vio el baño sucio, fue a buscar elementos para la higiene y cuando volvió el chico estaba en el baño y, por eso, no entró. Luego fue agredido por los familiares del menor y por otras personas que habían ido a la pileta.
En el debate, los padres del menor dieron la misma versión que figura en la instrucción. En cambio, los dieron versiones levemente diferentes a los de la acusación y por eso el defensor solicitó la absolución por el beneficio de la duda. El pedido no fue tenido en cuenta por los jueces de la Cuarta Cámara del Crimen, que lo consideró culpable.
Un día, en el zoológico...
El trágico accidente que marcaría la vida de Castro tomó trascendencia nacional: el 26 de julio de 1996, cuando tenía doce años, fue atacado por un león en el Jardín Zoológico.
El chico quiso tocar a unos cachorros que dormían. Para eso tomó una rama al tiempo que había pasado el brazo por entre los barrotes de la jaula. De pronto apareció un león y, sin más, le arrancó el brazo derecho y hasta parte de la oreja.
El caso se recordó por años, mientras el joven se dedicaba a vender estampitas en los colectivos.
En noviembre de 2002, Castro volvió a ser noticia: la Tercera Cámara Civil condenó al Estado a pagarle 400 mil pesos por las insuficientes medidas de seguridad sobre todo por "la naturaleza y peligrosidad del animal".
Antes del fallo, pasó dos meses preso tras ser acusado de robo agravado por el uso de armas.
Hora de alegatos y sentencia en juicio por un secuestro
Con la "novedad" que víctima y victimarios se conocían, hoy el Tribunal Oral Federal en lo Criminal N° 2, podría dar a conocer el fallo contra los siete acusados.
El secuestro extorsivo se cometió en abril de 2014 y ahora después de varias audiencias donde se sucedieron declaraciones de varios testigos, entre ellos personal policial que participó tanto de las escuchas telefónicas y otros que tuvieron presencia a la hora del pago del rescate (en ese momento se habló de unos 50 mil pesos) y la posterior liberación "sano y salvo" de
Luciano Matías Pereyra (hoy de 20 años), procedimiento concretado en una vivienda del barrio Alameda, donde se detuvo a la mayoría de los hoy sentados en el banco como acusados.
El Tribunal integrado por Alejandro Piña, Gretel Diamante y Daniel Antonio Petrone, prestará atención a los alegatos de la parte acusatoria a cargo de la fiscal Patricia Santoni, tras lo cual lo harán los defensores: Ramiro Dillon, por Ezequiel Maza y Paulino Cipolla; Pedro Lúquez, asistiendo a Carlos Bracamonte y Emilio Rodríguez; Gilberto Altamira, que lo hace por los hermanos Pablo y Leonardo Bracamonte y Guillermo Nievas y Carlos Reig, responsables de la defensa de Manuel Cepeda.