La visita del papa Francisco a Colombia, que concluye hoy luego de sus contundentes mensajes a favor de la reconciliación entre víctimas y victimarios del conflicto armado que asoló al país durante 50 años, deja otras historias, como la cita a Juanes, la muerte de dos cardenales italianos y un tiempo traicionero que dos veces obligó a cambiar su recorrido por estas tierras.
"En este entorno maravilloso, nos toca a nosotros decir sí a la reconciliación; que el sí incluya también a nuestra naturaleza. No es casual que incluso sobre ella hayamos desatado nuestras pasiones posesivas, nuestro afán de sometimiento", aseguró en la mañana del viernes el Pontífice durante su misa para 400.00 mil personas en Villavicencio.
Lo que pocos esperaron es que, para definir esa conciencia ambiental por la que llamó a una "reconciliación con el ambiente", la máxima autoridad de la Iglesia Católica apeara a una canción de Juanes.
"Un compatriota de ustedes lo canta con belleza: 'Los árboles están llorando, son testigos de tantos años de violencia. El mar está marrón, mezcla de sangre con la tierra'", planteó, citando la canción "Minas piedras" del artista colombiano conocido por éxitos como "A Dios le pido".
No fue la única sorpresa del viaje papal. Mientras Francisco volaba de Roma a Bogotá, en un vuelvo charter que incluyó entre otros medios a un enviado de Télam, se enteró de la muerte del cardenal italiano Carlo Caffarra, uno de los cuatro díscolos que habían expresado en una carta sus "dudas" sobre algunas posturas que Bergoglio planteó en la exhortación apostólica "Amoris Laetitia".
Lo curioso fue que horas después falleció otro purpurado: el también italiano Velasio De Paolis, por lo que el Colegio Cardenalicio quedó ahora conformado por 220 miembros, de los cuales 120 tienen la posibilidad de votar en un eventual cónclave.
Además, en dos oportunidades de la visita oficial a Colombia, el mal tiempo obligó al Papa a cambiar sus recorridos.
Durante el viaje de ida al país sudamericano, el avión debió desviar su ruta para evitar toparse con el huracán Irma, que todavía merodeaba el Caribe, un cambio que paradójicamente acortó media hora el vuelo.
Ayer, en tanto, después de llegar bien temprano a Medellín procedente de Bogotá en un AirbusA320 de Avianca, Francisco no pudo completar el trayecto en helicóptero hasta el predio en el que ofició misa para un millón de personas.
"Por la escasa visibilidad", explicó en ese momento el portavoz papal Greg Burke a los medios de la delegación, Francisco debió hacer el trayecto en un auto cerrado, lo que derivó en un retraso de casi una hora el inicio de la ceremonia, por lo que el propio Papa pidió disculpas, antes de iniciar la eucaristía.