Poco después de caer ante México en las semifinales de la Copa de Oro, víctimas de un polémico penal, los jugadores de Panamá posaron para una foto con una enorme pancarta que tenía un mensaje bastante familiar en meses recientes: “Concacaf Ladrones. Corruptos”.
Si la organización que tiene a dos ex presidentes arrestados por corrupción quería limpiar su imagen, su torneo insignia no le está haciendo ningún favor. México se vio beneficiado por segundo partido consecutivo de polémicas decisiones arbitrales para meterse en la final del campeonato, en la que enfrentará el domingo a Jamaica, y ni los propios mexicanos quedaron satisfechos con el desenlace del encuentro.
“El primero no es penal”, admitió el técnico de México en referencia a la mano que cobró el estadounidense Mark Geiger.