Con una goleada y un fútbol de alto vuelo, River reinició la era Gallardo y se encamina a octavos

El "Millo" se impuso 6-0 con goles de D'Alessandro, Fernández (2), Mayada, Mammana y Alario. Mirá todos los tantos.

Con una goleada y un fútbol de alto vuelo, River reinició la era Gallardo y se encamina a octavos

Hubo motivos de sobra como para que River haya vuelto a confiar en si mismo. El primero es que el volumen de juego fue la causa del resultado, más allá del tono atípico de goleada. El segundo es que sepultó una serie en baja que ya había alcanzado seis partidos y que inclusive había generado una merma en la autoestima. El tercero es que volvió a encontrarse con aquella formación que absorbía al rival circunstancial a través de una gama variada de recursos. El cuarto es que esta performance tiene línea directa con aquellas que le dieron vida a la era Gallardo. El quinto es que el camino volvió a quedar desmalezado y nivelado en cuanto al futuro inmediato en la Copa Libertadores. Y el sexto, definitivamente, es que se ganó el derecho a esperanzarse en que el sueño de retener el título aún es posible de concretarse.

Es cierto que The Strongest asomó como una fuerza menor, pero también es la misma que dio el gran golpe de efecto con su victoria sobre Sao Paulo, de visitante, en el inicio del Grupo 1. La propia prensa boliviana, en la previa, hacía referencia a esta formación con el apodo de "derribador de campeones". Y en menos de media hora de juego, tres goles de diferencia habían quebrado cualquier posibilidad de una relación simétrica entre las partes. Los cinco tantos en el primer tiempo derivaron en que el partido se hubiera cerrado antes de llegar a los vestuarios. La sexta conquista sólo sirvió para decorar la cifra final. De hecho, los del Altiplano jugarán su chance frente a los paulistas en casa. La punta de la zona cambió de manos y se asienta en Nuñez.

¿El cambio fue táctico, de nombres, de actitud o una mezcla de las tres cuestiones? Por empezar, el local mantuvo el sistema tradicional que más empatía tiene con la idea base del entrenador: 4-3-1-2. Sí es cierto, también, que la formidable producción de Andrés D'Alessandro potenció al resto de sus compañeros. El grupo, interiormente, estaba necesitando que el armador se convirtiera en el gran referente. Hasta este momento, su regreso al fútbol argentino había navegado en esa zona gris de la medianía y el amesetamiento. Una señal fue previa al partido cuando a Norberto Alonso lo homenajearon en el campo de juego y recibió una ovación hasta de quienes nunca lo habían visto jugar. Y, salvando las distancias, el "Beto" vivió una situación similar a la del "Cabezón" cuando el "Millo" de Ángel Labruna tuvo un bajón de rendimiento en el tramo final del Metropolitano 1975 hasta que el conductor regresó a las canchas y levantó el espíritu grupal poniéndolo en fila hacia el título que se esperaba desde hacía 18 años.

Hoy día, que D'Alessandro pueda transformarse en la nave insignia de esta refundación del ciclo Gallardo es tanto o más importante que haberse floreado en el Monumental con media docena de goles. Si algo parecía haberse instalado luego del combo Libertadores 2015/Suruga Bank es que el plan A del entrenador había encontrado su límite. Ya habían pasado sin luces los reingresos de Pablo Aimar y de Javier Saviola, por lo que la incógnita pendía sobre quien se había desligado de una campaña rutilante en el Inter de Porto Alegre. Ahora es el tiempo en que el creativo enlace debe corporizarse como conductor dentro y fuera de la cancha. En este juego, como volante de armado suelto con perfil zurdo en zona derecha, ocupó el mismo rol que más de una vez utilizó Leo Messi tanto en Barcelona como en la Selección. E hizo estragos en el circuito defensivo boliviano, al punto de que nunca le encontraron la vuelta para anularlo con el achique de espacios o la presión alta.

River armó triangulaciones en corto y en largo, a uno o dos toques, con un nivel de precisión llamativo y fruto de la confianza en las fuerzas propias más que en la debilidad adversaria. Cada vez más asentado, Gabriel Mercado se mostró como salida y construyó en posición de lateral adelantado u ocho clásico partiendo desde la posición habitual. Nico Domingo empezó a ser el cinco de recuperación y retroceso escalonado a la usanza Mascherano/Kranevitter. Los volantes sueltos más la línea de cuatro cerca de la zona central para apuntalar el avance fueron otras de las características que mostró el local. La premisa fue la de ensanchar la cancha con hombres que produjeran la ventaja en zona y no a través de pelotazos cruzados o pasecitos de compromiso. Fue una gran demostración de inteligencia tanto en lo táctico como en el uso progresivo del cambio de ritmo para crear espacios libres.

La apuesta es, definitivamente, la Libertadores 2016. En el Torneo de Transición, más allá del compromiso por los juegos que restan, marcan que el único objetivo será el segundo superclásico contra Boca. Los cinco sentidos están puestos en retener el máximo trofeo continental de clubes, lo cual parecía alejado de la realidad tras la marcha irregular en este comienzo de año. La ruta hacia octavos de final quedó despejada, aunque no será lo mismo ganar el grupo que terminar segundo. Igual, la importancia radica en que River se encontró de vuelta con el ecosistema que le había permitido crecer y desarrollarse sobre la base de un proyecto propio. Ahora, los preocupados serán los demás.

El gol de D'alessandro para River

El gol de Fernández para River

El gol de Mayada para River

Mammana puso el 4-0

Alario, 5-0

El segundo gol de Fernández para River, 6-0

LA CRÓNICA DEL PARTIDO

River Plate pulverizó a The Strongest de Bolivia por 6 a 0, en partido válido por el grupo 1 de la Copa Libertadores, y de la mano de una tarea descollante de Andrés D'Alessandro quedó líder y encaminó la clasificación a octavos.

Los goles del vigente de campeón de América fueron marcados por D'Alessandro (PT 13min), Ignacio Fernández (PT 25min y ST 37min), el uruguayo Camilo Mayada (PT 29min), Emanuel Mammana (PT 41min) y Lucas Alario (PT 45min) en el cotejo que se disputó en el estadio Monumental y fue controlado por el colombiano Wilson Lamoroux.

Con este triunfo, River alcanzó el primer puesto del grupo 1 con ocho puntos, seguido por The Strongest (perdió el invicto) con siete, San Pablo de Brasil con cinco y Trujillanos de Venezuela con una unidad.

A River le alcanzó con un tiempo para gozar de un triunfo importante y necesario porque en la previa, la confusión en cuanto a sus posibilidades era una realidad, justificada en los seis partidos oficiales sin triunfos, algunos de ellos con actuaciones malas, por primera vez en la gestión de Marcelo Gallardo como entrenador.

En la noche donde todo River homenajeó a Norberto Alonso por los 30 años del gol con la pelota naranja a Boca, con vuelta olímpica incluída, D'Alessandro absorbió esa mística y jugó el partido que los hinchas esperaban de él.

Al 'Cabezón' le salieron todas. Siempre lúcido, se hizo cargo del equipo, la pidió siempre y de sus pies salieron pases milimétricos y certeros en ataque. D'Alessandro, Mayada y Gabriel Mercado explotaron el sector derecho de un The Strongest aturdido por la agresividad e intensidad de River, que jugó adelantado (como en sus mejores partidos de Copa Libertadores 2015), con corte y recuperación en campo rival.

Los dirigidos por Gallardo revalidaron la estirpe 'copera' del equipo y encontraron en D'Alessandro al mejor ejecutor.

El primer gol de River, el de D'Alessandro, fue una verdadera joya que nació con el número 22 quien en pared con Mayada y con caño incluído a Alejandro Chumacero abrió el marcador mediante el remate de 'puntín', con pie izquierdo. Desde entonces, River acorraló a The Strongest, lo borró de la cancha y llegaron más goles.

Fernández aumentó de cabeza tras centro de Mercado; Mayada se anotó entre los goleadores luego de un centro pasado de Leonel Vangioni por el sector izquierdo; Mamanna conectó de cabeza el envío del iluminado D'Alessandro; y Alario aportó con su cuota de goleador.

En la segunda parte, River dominó a voluntad, estuvo cerca del sexto tanto con remates de Alario (3min) y Vangioni (19min) y llegó a esa cifra con el disparo cruzado de zurda de 'Nacho' Fernández, en el final del partido.

River ve con 'otros ojos' la defensa del título porque se recuperó futbolísticamente, con vocación ofensiva, con el espíritu combativo y competitivo del año pasado y porque D'Alessandro, ovacionado en su reemplazo por Pisculichi, ofreció ese nivel que los hinchas de River tanto esperaban.

El 'Millonario' jugará el próximo miércoles 13 de abril como visitante ante San Pablo y con un resultado exitoso ya podrá pensar en la próxima fase del certamen que ganó en la edición pasada.

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