La proa del petrolero iraní Sanchi que chocó el pasado 6 de enero con un carguero en el Mar de China Oriental se ha hundido hoy luego de una fuerte explosión mientras permanecen desaparecidos 29 de sus tripulantes, informó el Gobierno chino.
La explosión ocurrió en la madrugada, cuando todo el petrolero empezó a arder con llamas de entre 800 y 1.000 metros de altura, detalló en un comunicado el Ministerio de Transportes citado por la agencia china Xinhua.
Las autoridades chinas mantenían hasta hoy las tareas de búsqueda de los 29 marineros que permanecen desaparecidos, ya que los equipos de emergencia solo han logrado rescatar los cadáveres de tres de los 32 tripulantes, treinta iraníes y dos bengalíes.
En imágenes difundidas por la cadena de televisión estatal china CCTV, se puede ver una parte del buque hundido, mientras que el resto arde con fuerza en medio de una gran y densa columna de humo negro.
Tras conocer la noticia del hundimiento, Irán dio por muertos a los tripulantes y aseguró que tampoco hay posibilidad de encontrar a los cadáveres de los fallecidos, informó a su vez la televisión estatal iraní citada por la agencia española EFE.
Un equipo iraní se unió recientemente a las tareas de rescate -también apoyadas por unidades japonesas y surcoreanas- en medio de las críticas a las labores de rescate y la lentitud para apagar el incendio, aunque el Gobierno de Teherán ha defendido a las autoridades chinas y ha negado que éstas hayan actuado con negligencia.
Se desconoce la causa del siniestro mientras que las autoridades chinas han asegurado que han abierto una investigación.
El petrolero iraní chocó el sábado 6 de enero con el carguero CF Crystal, registrado en Hong Kong, cuyos 21 tripulantes, todos de nacionalidad china, pudieron ser rescatados.
Posteriormente, el navío llegó a la zona económica exclusiva japonesa empujado por los fuertes vientos, según informó la Guardia Costera de Japón.
El Sanchi, registrado en Panamá, transportaba 136.000 toneladas de petróleo condensado formado por una mezcla de hidrocarburos recuperados durante el procesamiento del gas natural.
Aunque todavía es pronto para hablar del impacto ambiental, Greenpeace alertó de que un gran volumen de derrame de condensado podría suponer un riesgo de contaminación de especies de gran consumo en China como la corvina amarilla o la caballa.