Los alumnos de 7°C de la escuela Bernardino Rivadavia participaron en Salta de una feria nacional de ciencias y volvieron de allí con el primer premio, luego de que el proyecto que presentaron obtuvo el mayor puntaje de entre 368 trabajos realizados por escuelas de todo el país.
El proyecto ganador se armó a partir de una idea original que surgió de los mismos alumnos, quienes buscaron a partir de una serie de encuestas y entrevistas, analizar la influencia que tienen los dibujos animados entre los chicos de 6 a 13 años.
“La primera conclusión a la que llegaron los alumnos es que los papás, lamentablemente, no sabemos qué miran nuestros hijos; y la segunda es que los dibujos animados no son tan inocentes como los adultos podemos llegar a suponer”, explicó Carina Concatti, directora de la escuela primaria de Rivadavia premiada por el Ministerio de Educación de la Nación.
El proyecto comenzó a tomar forma en mayo, cuando a mitad de una clase los alumnos del 7°C y su maestra, Celina Franco, llegaron a la conclusión de que muchas de las cosas que aprendían las conocían a través de los dibujitos animados.
“Lo admitamos o no, Los Simpsons o Dragon Ball Z, por dar un par de ejemplos, son para nuestros niños una fuente de conocimiento del mundo, y también de los valores y disvalores de nuestra sociedad”, comentó la maestra.
Apoyados en más de 300 encuestas que los chicos realizaron entre sus compañeros de escuela, el proyecto llegó a algunas conclusiones interesantes: por ejemplo, que lo que más divierte de una serie de dibujos animados son las secuencias de golpes y peleas, con porcentajes de coincidencia que llegan al 44% entre los alumnos de 12 y 13 años; también surgió que la mayoría de los chicos ven los dibujos que quieren, sin ningún control de los mayores; y finalmente, que tampoco suelen tener horarios establecidos para sentarse frente a la pantalla.
“Los papás solemos prohibir a nuestros hijos que vean determinadas películas porque entendemos que no son para su edad, pero no tenemos problemas con los dibujos animados, aunque en realidad muchos de ellos, especialmente los que vienen de Asia, están pensados para un público adolescente o incluso adulto”, agregó la maestra, y siguió: “Y no estamos hablando de prohibir ver dibujitos, sino de que los papás nos tomemos el tiempo para ver qué es lo que miran nuestros hijos”.
Además de las entrevistas a sus compañeros, los chicos encuestaron a más de 200 papás, de donde se desprende que la mayoría ve una influencia positiva de las series animadas. “Es claro que nuestros papás, aunque piensen que sí, no están ni enterados de los dibujos que miramos”, resumió Nehuen Amores (12), uno de los autores del proyecto premiado en Salta.
Los chicos también buscaron la opinión de sus maestros y de profesionales de la sociología y la psicopedagogía, que aportaron el marco teórico al proyecto. Una vez terminado, el trabajo fue ganando etapas y así, primero resultó vencedor en la feria escolar, luego en la departamental y más tarde en la provincial.
Después, el proyecto viajó a Salta, donde había casi 2.000 alumnos y maestros de todo el país. “Creo que de todos los dibujitos se puede aprender algo bueno, incluso de los más violentos, que son los que más nos entretienen”, resumió Alex Sosa (12).
