Con un mensaje de unidad dejó Corea

Con un mensaje de unidad dejó Corea
Con un mensaje de unidad dejó Corea

El Papa Francisco culminó ayer una histórica visita de cinco días a Corea del Sur donde recibió una calurosa y multitudinaria acogida y lanzó repetidos mensajes a favor de la paz y la reunificación entre las dos Coreas.

Tras culminar su última actividad, el Papa partió hacia Roma en el avión papal, un Boeing 777 de la compañía Korean Air, que despegó de la base aérea de Seongnam, al sur de Seúl.

“Recemos para que surjan nuevas oportunidades para el diálogo y para resolver las diferencias”, sostuvo el pontífice en italiano en la catedral de Myeongdong de Seúl durante la misa “por la paz y la reconciliación”, su último servicio religioso en la jornada final de un histórico viaje de cinco días al país.

Francisco recordó que los coreanos sufren "una experiencia de división y conflicto que duró más de 60 años", y afirmó que "la cruz de Cristo revela el poder de Dios para superar cada división, curar cada herida y restablecer los lazos originales de amor fraternal", según se informó.
Jorge Bergoglio ya había hecho referencia a la división de las dos Coreas el pasado jueves, primera jornada de su histórica visita, en la que hizo un llamamiento a "buscar la paz" y "derribar los muros de la desconfianza".

La última misa contó con la asistencia de aproximadamente un millar de personas, así como 700 miembros y empleados de las 16 diócesis de Corea del Sur.

También estuvo en la ceremonia la presidenta coreana, Park Geun-hye, 50 estudiantes de secundaria -”el futuro de la Iglesia y la sociedad” según los organizadores-, 8 inmigrantes que representan a las familias multiculturales y 7 ancianas víctimas de la esclavitud sexual del Imperio Japonés durante la II Guerra Mundial.

Una de las víctimas, de 89 años de edad, le regaló un pin con una mariposa (símbolo de este colectivo) a Bergoglio, que se lo colocó en su solapa y lo llevó puesto durante toda la misa.

Habló de una posible renuncia y la muerte

A bordo del avión papal, Italia. El Papa Francisco juzgó que su actual popularidad “durará poco tiempo, unos dos o tres años” antes de entrar en la “Casa del Padre” y reiteró que no excluía una posible dimisión, si no tenía fuerzas para continuar. Durante la conferencia de prensa en el avión el Papa de 77 años, en aparente buen estado de salud, respondió a preguntas sobre su popularidad y el efecto de esta en él.

“La vivo como una generosidad del pueblo de Dios. Interiormente, intento pensar en mis pecados, en mis errores, para no enorgullecerme, porque sé que durará poco tiempo. Dos o tres años. Y después, ¡a la Casa del Padre!”, lanzó en tono de broma. El Pontífice argentino dijo vivir esta popularidad “de manera más natural que al principio”, ya que inicialmente “le asustaba un poco”.

Esta es la primera vez que evoca públicamente la perspectiva de su muerte. Según una fuente del Vaticano, Jorge Bergoglio habría confiado a sus próximos que pensaba estar al frente de la iglesia católica sólo algunos años. Asimismo, vuelve a evocar una posible dimisión como la de su predecesor Benedicto XVI en 2013.

La dimisión de un papa es una “institución” y ya no una “excepción”, “aunque esto no guste a algunos teólogos”, aseguró Francisco, quien recordó que los obispos eméritos (jubilados) eran una excepción hace 60 años, y ahora es una práctica habitual.

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